sábado, 13 de diciembre de 2014

«De lo sacro a...» | Crítica, para Codalario, del último disco de La Compagnia del Madrigale en el sollo Glossa

De lo sacro a lo profano
Sello Calidad Codalario para el conjunto italiano y su integral de los Responsoria de Carlo Gesualdo, en unas lecturas que persiguen un claro tono madrigalístico y que supone uno de los acontecimientos discográficos del año.

Responsoria 1611. Música de Carlo Gesualdo. La Compagnia del Madrigale. Glossa Music, 3 CDs [GCD 922803], 2014. T.T.: 186:18.


     Carlo Gesualdo [1566-1613], Principe di Venosa, Conte di Conza, Signore di Gesualdo, es una de esas figuras compositivas sobre las que la historiografía se ha encargado de poner una espesa pátina colmada de especulaciones, narrada en muchas ocasiones más con la imaginación desbordante de quien escribe una novela, que con la seriedad que los textos científicos y divulgativos merecen. Conocido de manera célebre por el asesinato perpetrado contra Maria d’Avalos y Fabrizio Carafa, la esposa de Gesualdo y el amante de esta, a quienes se cuenta atrapó en su infidelidad en su Palazzo San Severo [Napoli] y asesinó a espada, cuchillo y arma de fuego. El crimen, como no podía ser de otra forma, causó furor en la época y se derramó sobre él ríos de tinta. Gesualdo salió indemne del crimen gracias a su condición de noble y al deshonor al que se había visto sometido, pero algunos cuentan que el acto, además de su carácter bastante inclinado hacia la melancolía, le pasó factura a nivel psicológico. Para muchos son estas condiciones las que hacen de la música de Gesualdo algo tan avanzado. Sin embargo, cuando uno entra a conocer su estilo, la música que conoció y la labor que otros compositores anteriores y coetáneos a él estaban realizando –especialmente en el terreno del madrigal–, se da cuenta de que hay a veces demasiada especulación y un gusto por buscar agentes ajenos al proceso creativo que no se detienen a pensar que simplemente fue un hombre de su tiempo, aunque un tanto más avanzado en sus recursos que los demás compositores, es cierto. Fue un innovador, sin duda, pero nada más lejos de esa visión que sobre él se tiene de una mente del siglo XX en un cuerpo de finales del XV.

    La obra de Carlo Gesualdo, compuesta de manera total por música vocal, tanto profana como sacra, se ha visto profusamente atendida desde hace décadas por varios de los principales conjuntos vocales del mundo. Si bien la atención mayor se le ha prestado a sus seis libros de madrigales –que se han grabado en su integridad en diversas ocasiones–, actualmente es su música sacra la que se está llevando la palma en cuanto a las grabaciones se refiere. Así, tanto sus motetes a cinco partes del Sacrarum cantionum liber primus [Napoli,  1603], como los compuestos a seis y siete partes del Sacrarum cantionum liber primus –lleva el mismo nombre, aunque a efectos sería el segundo libro, y que aunque faltos de dos de las partes, han sido recientemente reconstruidos y grabados por James Wood y el Vocalconcort Berlin– se han grabado en su integridad. Faltaría, pues, la tercera de sus colecciones sacras, que es la que se graba aquí de manera completa: Responsoria et alia ad Officium Hebdomadae Sanctae spectantia… sex vocibus [Gesualdo, 1611], una serie de 27 responsorios para Semana Santa estructurados en tres nocturnos con tres responsorios para cada uno de los días del Mattutino delle tenebre: Feria Quinta, Feria Sexta y Sabbato Sancto, además del Canticum Zachariæ [Benedictus] y el Salmo L: Miserere mei, Deus.

    Estos responsorios, especialmente los del Sábado Santo, han sido grabados con cierta recurrencia –Ensemble Vocal Européen | Philippe Herreweghe y The Tallis Scholars | Peter Phillips, por ejemplo–, e incluso existen otras grabaciones integrales de los 27 responsorios, como la que en su día grabase The Hilliard Ensemble. En este 2014 han salido al mercado, casi de manera simultánea, dos grabaciones integrales: la de Herreweghe con su Collegium Vocale Gent –que ya había grabado los de Sábado Santo en 1989–, magnífica, por cierto, y la que aquí nos ocupa, llevada a cabo por La Compagnia del Madrigale. Este conjunto italiano, de trayectoria vital relativamente reciente [2008], es, sin embargo, probablemente la principal referencia a nivel mundial dentro del panorama de la interpretación madrigalística, el terreno en el que mejor se mueven y en el que están especializados. Cuando uno ve a los miembros que lo componen entiende el porqué, pues sus tres miembros fundadores atesoran una aquilatada carrera como miembros de los que históricamente han sido los grandes representantes del madrigal: La Venexiana | Claudio Cavina y Concerto Italiano | Rinaldo Alessandrini.

    ¿Qué es lo que ofrecen estos seis cantantes para hacerles merecedores de nuestro sello de calidad y estar, sin duda, entre una de las mejores grabaciones del año? Simplemente unas lecturas en las que se privilegia el tono madrigalístico, lo que los separa de todas las grabaciones realizadas hasta el momento –incluso las más camerísticas como la del Hilliard o la de The King’s Singers para el Jueves Santo–. De esta forma el terreno queda totalmente fértil para que las voces de Rossana Bertini, Francesca Cassinari [sopranos], Elena Carzaniga [alto], Giuseppe Maletto, Raffaele Giordani [tenores] y Daniele Carnovich [bajo] siembren de manera maravillosa cada una de las líneas, que se riegan con el toque justo de equilibrio entre las partes y el disfrute en las impresionantes disonancias y la inestabilidad armónica sugerida por el genio de Gesualdo. El resultado es absolutamente memorable. La calidad vocal es superlativa, y hace mucha falta, porque defender uno solo cada una de las seis partes de esta música tan compleja y exigente es todo un ejercicio de valentía y monumentalidad interpretativa.

    El propio Maletto arguye, en defensa de su interpretación con un solo cantor por parte, que el lenguaje de Gesualdo en estas piezas es claramente cercano al de madrigal, especialmente por la escritura y la extensión vocal, la ausencia de chiavette [claves altas], y por la manera en la que el maestro italiano «pinta» musicalmente muchos de los momentos del texto. En definitiva, un lenguaje repleto de ese singulari artificio que acerca su música sacra a la producción del madrigal. Además, el conjunto italiano utiliza voces femeninas y una afinación medio tono más alta del LA actual –habitual en los órganos de la época–, que creen se adapta perfectamente a la expresividad, la intensidad y los vívidos colores que esta música contiene. Y así es.

    El disco se completa con una serie de piezas ajenas a la colección de Responsoria e incluso a la mano de Gesualdo. Así, se interpolan entre los nocturnos algunos madrigali spirituali de autores como Giovanni de Macque [c. 1548/1550-1614], Luzzasco Luzzaschi [1545-1607], Luca Marenzio [1553/1554-1599] y Pietro Vinci [c. 1525-1584], cuyo lenguaje influyó en el propio Gesualdo y que sirven para remarcar el carácter madrigalístico de estos responsorios. Además, se ofrece el único madrigal espiritual que Gesualdo compuso –aparecido en su Madrigali libro quarto–, así como dos piezas sacras raramente interpretadas de su producción: In te Domine speravi a 4 –compuesto en fabordón, al igual que su Benedictus y el Miserere mei, Deus– y Ne reminiscaris, Domine a 5, que es la composición más temprana conservada del autor, creada cuando contaba tan solo 19 años.

    Por lo demás, el disco nos ofrece la absolutamente exquisita edición llevada a cabo por el propio Maletto en lo sonoro y Valentín Iglesias [00:03:00] en lo visual, todos bajo las órdenes del productor ejecutivo y director editorial de la casa, Carlos Céster, que vuelve a demostrar que Glossa es uno de los mejores sellos del mundo, sin nada que envidiar a cualquier otro. Además, Marco Bizzarini firma unas notas críticas fabulosas –al igual que hiciera en la grabación del Madrigali libro sesto–, que muestran a ese Gesualdo más humano y menos legendario. Un disco absolutamente maravilloso, que sencillamente hay que tener. Cuando todos los elementos se aúnan, se consigue un producto de este calibre, repleto de belleza y calidad sin igual.

Publicdo en Codalario el 03-XII-2014.

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