martes, 14 de octubre de 2014

«Duelo de...» | Crítica para Doce Notas de la última producción operística que Naïve dedica a Händel

Duelo de contratenores
Naïve presenta una nueva producción «händeliana» que destaca por un cast vocal en el que sobresalen las voces masculinas.

Tamerlano. Música de Georg Friedrich Händel. Xavier Sabata, Max Emanuel Cenčić, John Mark Ainsley, Karina Gauvin, Ruxandra Donose, Pavel Kudinov • Il Pomo d’Oro | Riccardo Minasi. Naïve, 3 CD [V 5373], 2013. T.T.: 193:00.


  El 31 de octubre de 1724 se presentaba, en el londinense King’s Theatre, Haymarket, la ópera Tamerlano HWV 18, compuesta por Georg Fridrich Händel [1658-1759] en tan solo veinte días –del 3 al 23 de julio de 1724–, aunque fue pasada a revisión en los sucesivos meses hasta que tuvo su estreno a finales de octubre del mismo año. Basada en un libreto del poeta veneciano Agostino Piovene –base de una tragedia en música para Francesco Gasparini [1711] que Piovene había modelado de la tragedia francesa Tamerlan, ou la mort de Bajazet [1675], del dramaturgo Jacques Pradon–, fue adaptada convenientemente por Nicola Francesco Haym, haciéndola de este modo asequible al modelo habitual al que público londinense estaba acostumbrado, con lo que acorta hábilmente los recitativos para atender a la menor capacidad de atención de dicho público –en buena medida debida a una inadecuada comprensión del italiano–, pero manteniendo muy bien la coherencia argumental, delimitando las motivaciones dramáticas de cada personaje, además de escribiendo nuevos textos para algunas arias, con los que Händel pudiera realzar aún más las caracterizaciones psicológicas de cada uno de ellos. 

  En el momento de su estreno, los roles estaban encarnados por algunos de los grandes cantes del momento: Tamerlano | Andrea Pacini [castrato alto], Andronico | Senesino [castrato alto], Asteria | Francesca Cuzzoni [soprano], Irene | Anna Dotti [contralto], Bajazet | Francesco Borosini [tenor] y Leoni | Giuseppe Maria Boschi [bajo]. La ópera se interpretó doce veces en la temporada 1724-1725, sin embargo Händel reelaboró gran parte del material para una única representación posterior que tendría lugar el 13 de noviembre de 1731, abreviando sensiblemente los recitativos, además de omitiendo el terzetto del acto II y añadiendo un aria de bravura –Nel mondo e nell’abisso, originaria de su ópera Riccardo Primo– que se introdujo para cumplir las capacidades vocales del bajo en aquella función: Antonio Montagnana. 

  Se ha escogido aquí, curiosamente, esa partitura de 1731, pero se ha decidido recuperar el terzetto, por lo que realmente estamos ante un híbrido de edición entre la de 1724 y 1731, realizada ex profeso para la presente grabación. La música del caro sassone es de lo mejor en su producción, con una serie de arie realmente inspiradísimas, en las que no encontramos, no obstante, un colorido orquestal realmente novedoso, a excepción de la breve intervención de los clarinetes y las flautas –traverso y de pico–, sino que las arias se acompañan con la habitual cuerda y el doblado de las líneas altas por los oboes, además del correspondiente e indispensable bajo continuo. Los recitativos, cortos por prescripción del texto, sirve para desarrollar la acción, dando paso de manera fluida a una arias de hermoso y variopinto dramatismo, destacando especialmente, a nivel estructural, la sucesión de recitativos y ariette del final del acto II –especialmente la curiosa No, che sei tanto constante que incluye un parlato desarrollado por Irene.

  En la presente grabación es de destacar, por encima de todo, la potente elección del cast vocal, brillando sobremanera las voces masculinas. El dúo de contratenores formado Xavier Sabata y Max Emanuel Cenčić es sin duda el gran reclamo, conformando unos Tamerlano y Andronico muy sólidos en lo vocal, así como realmente expresivos en lo dramático. Sabata está sin duda en el momento más álgido de su carrera desde que esta despegase en 2003 con su participación en el programa para jóvenes cantantes Le Jardin des Voix, con el que William Christie y Les Arts Florissants llevan años destapando jóvenes promesas del canto histórico. Su línea de canto es ligera, muy pulida y con un timbre muy definido y cálido. Por su parte, Cenčić se muestra también en un estado de forma formidable, con un timbre bello, mucho más femenino y etéreo que el de su compañero, más elegante en la emisión, aunque quizá menos expresivo y dotado para el enfoque psicológico. Cabe regocijarse por la recuperación del tenor John Mark Ainsley –que llevaba un tiempo algo parado–, y que demuestra que sigue estando entre los mejores tenores barrocos del panorama mundial, encarnando aquí un fantástico Bajazet, con un poderoso registro agudo, además de un sorprendente, por lo aposentadodel mismo, registro medio-grave, y una magnífica facilidad para la coloratura. Es, dese mi punto de vista, de lo mejor de la presente grabación. Cierra el catálogo de las voces masculinas el bajo Pavel Kudinov, que da vida a un Leone poderoso y muy compacto, con un registro medio-agudo de gamas sorprendentes. 

  Los dos roles femeninos son realizados aquí por la soprano Karina Gauvin [Asteria] y la mezzo Ruxandra Donose [Irene], cumpliendo ambas con sobrada nota unos papeles repletos de complejidades. Exquisita Gauvin en el registro agudo, muy elegante y con una fluidez notable para el fraseo. Donose está muy poderosa en el registro grave, compitiendo por momentos con el dúo de contratenores, pero sin llegar a su excelencia a nivel global. 

  Están acompañados por la orquesta barroca Il Pomo d’Oro –con sede en Suiza–, que desde su fundación en 2012 se ha convertido en uno de los conjuntos europeos más presentes en el panorama discográfico, convirtiéndose en una de las orquestas barrocas fetiches de la discográfica francesa, con lo que en estos dos años ya han grabado cinco registros –amén de algún otro en otra discográfica–, y que tienen en proceso varios registros discográficos más para este año. Se han especializado en la música instrumental de Antonio Vivaldi, pero también la ópera, con especial relevancia en la producción de Händel, de quien graban como primera ópera completa este Tamerlano. Su colaboración con Sabata ya venía de antes en un disco con arias «händelianas» para personajes de corte malvado, así como otro disco de arias de ópera veneciana, esta vez contando con Cenčić como solista. Es por ello que su adaptación a este medio y estos solistas les sienta realmente como un guante. Sin contar con una formación excesivamente amplia: cuerdas [4/4/2/2/1], dos traversos barrocos, dos oboes barrocos, dos flautas de pico, dos clarinetes, fagot, una tiorba/archilaúd/guitarra barroca y dos claves, el sonido conseguido es realmente vigoroso, casi «heroico» en alguno de los momentos que más lo requieren. Las cuerdas suenan realmente muy empastadas, con una tersura fabulosa. Destacable el color aportado por los dos oboes barrocos, y realmente fabuloso el apartado solista de los clarinetes y las flautas de pico, a pesar de lo breve de sus apariciones. El continuo suena fabuloso, favorecido por una toma de sonido clara y que privilegia en el punto justo su presencia. Especialmente destacable la labor del pulsista en los tres instrumentos, seleccionando cada uno de ellos en los momentos más oportunos acordes al carácter de cada una de las arias. 

  Riccardo Minasi, fabuloso violinista barroco italiano, ha sido desde el comienzo el principal director invitado para las producciones discográficas de Il Pomo d’Oro. Debemos celebrar esta unión, porque desde el violín, gracias sobre todo al profundo conocimiento de esta música y desde su extraordinaria sensibilidad, Minasi saca siempre lo mejor de cantantes e instrumentistas. Es un director de garra, eso no se le puede negar, y ese toque algo agresivo sienta realmente bien a la ópera de Händel. Pero lo es sobre todo de detalles, siendo capaz de extraer momentos de gran lirismo y refinamiento en las arias más lentas, consiguiendo una expresividad total por parte de aquellos que tiene delante.

  Un trabajo fabuloso, que supone un total acierto por parte de Naïve, puesto que si Tamerlano no se encuentra entre las obras más grabadas de su autor –realmente no sé por qué causas, dada su extraordinaria calidad musical–, desde luego podemos decir que esta versión pasa directamente a colocarse a la cabeza de las versiones historicistas existentes hasta el momento, por delante de algunos de los popes del historicismo como Pinnock o Gardiner. Como siempre, tratándose de ópera y de Naïve, se acompaña con un cuidado libreto en el que encontramos el texto con sus traducciones, además de toda la información necesaria sobre la grabación y unas breves, pero realmente interesantes, notas críticas a cargo de David Vickers. Una versión desde ya referencial que no puede faltar en la discoteca de cualquier «händeliano» ni apasionado de la ópera barroca y la buena lírica en general. 

Publicado en Doce Notas el  07-VIII-2014.

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