Aprovechando que por fin estoy liberado de ciertas obligaciones que me han mantenido ocupado al 100% desde comienzos del año, quiero dejar constancia aquí de esos discos que me han marcado en este 2012, esos discos que, novedades discográficas de este año, hayan supuesto lo mejor en este 2012 en el ámbito en que me muevo musicalmente. No es que sea yo muy dado a este tipo de listas, sobre todo porque a veces son muy injustas y resultan totalmente insuficientes, pero creo que es de justicia destacar aquellos discos que a uno le han emocionado, cambiando la cara, o sencillamente, mejorado como persona. Conste que es una lista totalmente subjetiva, fruto de mis gustos más personales y cuyas diez plazas resultan más que insuficientes para todos los discos estupendos que se han grabado este año y que seguramente mercieran estar en dicha lista.
Dicho lo cual, he aquí mis "10" para este 2012:
Agostino Steffani [1654-1728].
Mission.
Cecilia Bartoli & I Barocchisti - Diego Fasolis.
Decca Classics [4784732] [CD] / [743605] [DVD].
Este era, sin duda, uno de los dicos más esperados del año, por muchos músicos, melómanos... pero sobre todo por las horadas de fanáticos seguidores de la mezzo romana. ¡Y a fe que la espera mereció la pena! Un disco absolutamente memorable -como ya nos tiene acostumbrados la Bartoli en sus registros discográficos-. Una de obra de arte total, desenterrando del olvido -no absoluto, pero sí innecesario- al que la fantástica obra de Steffani estaba sometida. Aquí hay todo lo mejor de Bartoli en lo vocal, pero también en lo expresivo. La aparición de Philippe Jaroussky es todo un valor añadido al producto, y la fantástica aportación en el aparato instrumental de I Barocchisti resulta todo un acierto, destacando mucho el aspecto teatral de la música de Steffani. Una conjunción sublime.
El DVD, por su parte, nos aporta todo lo mejor del disco, pero añade algunos fragmentos sublimes más para el disfrute, además de presentar unos espacios, paisajes y teatralidad fabulosos en lo visual. Maravilloso trabajo, que complementa al CD, convirtiéndose en una dupla absolutamente imprescindible para cualquiera.
El DVD, por su parte, nos aporta todo lo mejor del disco, pero añade algunos fragmentos sublimes más para el disfrute, además de presentar unos espacios, paisajes y teatralidad fabulosos en lo visual. Maravilloso trabajo, que complementa al CD, convirtiéndose en una dupla absolutamente imprescindible para cualquiera.
Antonio Vivaldi [1678-1741].
Aitor Hevia & Forma Antiqva - Aarón Zapico.
Winter & Winter [910 185-2].
"Sí, bueno, otras 'estaciones' más". Esto es lo que diría alguien que no ha escuchado el disco que ahora reseñamos. Sobre todo, porque de ser así, lo que saldría de la boca de dicha persona sería lo siguiente: "no, definitavmenete no son otras 'estaciones' más". Y creo que ese, en parte, es el mejor elogio que se le puede dar a este disco. Sí, porque si tenemos en cuenta la ingente cantidad de versiones de la celebérrima obra vivaldiana, y que la versión de los asturianos más universales pueden colocarse, si ningun tipo de compleos, entre las primeros opciones deseadas para su escucha, ya lo estamos diciendo todo. ¿Y qué tiene este disco para llegar tan alto? Pues -y dejando a un lado los "interludios" modernizados de Caine y compañía- encontramos aquí energía a raudales, frescura, dinamismo, una lectura profunda, colmada e contrastes, vital, que incita casi a la danza. El papel del solista es casi estroférico y el "acompañamiento" -si es que puede llamarse así- por parte del conjunto barroco es asombroso, destacando, una vez más, su profuso, colorista, omnipresente y deslumbrante continuo. No, no son unas 'estaciones' más, así que ya saben...
Tomás Luis de Victoria [1548-1611].
Collegium Vocale Gent - Philippe Herreweghe.
Phi [LPH005].
El 2012 ha sido un año muy ajetreado y creativo para el gran Philippe Herreweghe, que ha creado para su sello Phi la friolera de cuatro discos -nada menos que BACH [dos veces], Victoria y Beethoven han desfilado por ellos-. Podría haber destacado aquí su maravillosa versión de la H-Moll Messe, pero creo que aún este disco supera la cima creadora del bueno de Herreweghe. Y es que el belga transita aquí por la que es, casi con total seguridad, la obra cumbre en la producción del "abulense universal". Una lectura contenida, que nos acerca mucho a la retórica de finales del Renacimiento -sí, porque el maestro es sabedor de que el texto no puede pasarse por encima, que es valor indiscutible para el desarrollo ulterior de la pieza-. La sonoridad elegida es de tipo "belga-holandés-, la que acostumbra a utilizar, destacando las sonoridades graves y la carnosidad de las líneas. Creo que hay realmente mucha expresividad, gran intensidad en este registro. Se detiene en cada afecto -sí, en Victoria también los hay-, en cada figura, en cada pasión. Una visión carnal del sufrimiento. Completa el disco con algunas obras de esas que dejan sin respiración, en versiones igualmente fascinantes y referenciales. Pocas veces podrán escuchar una visión tan melancólica y expresiva del Versa est in luctum a 6 u otra tan imponente del Taedet anima meam a 4.
Jean Richafort [c.1480-c.1547].
Hyperion [CDA67959].
Cualquier nueva versión del Reqviem [in memoriam Josquin] a 6 de Jean Richafort, pasa ya casi directamente a engrosar cualquier lista de imprescindibles, porque la belleza y factura de la pieza así lo obligan. Estamos, en mi opinión, ante una de las mejores obras, no solo del Renacimiento europeo, sino de la historia de la música occidental. Si uno no se remueve y desestructura con el Introitus o el Kyrie es que algo falla. Música de tal belleza que consigue casi elevarte a la más absoluta de las alturas. Las seis voces que componen Cinquecento se detienen en una interpretación calmada, contenida, en la que destacan las sonoridades graves. Siguen en cierta manera la línea de Paul Van Nevel y su Huelgas Ensemble -cuya versión, inevitablemente viene a la cabeza de uno, pues sigue siendo para mí la mejor-, sobre todo en el carácter, la manera de destacar todo lo que entraña la pieza y la sonoridad, aunque respetan las tesituras y no persiguen tanto la tensión en las disonancias. Consiguen una versión que se sitúa justamemte detrás de la grabada por los belgas. El disco se completa con una colección maravillosa de preciosos motetes, algunos de los cuales nos descubren a maestros muy poco transitados hoy día y con una calidad compositiva más que importante. Como versión que complementa a la de Van Nevel tiene un lugar indiscutible en cualquier musicoteca de los apasionados por la polifonía franco-flamenca.
Raquel Andueza, soprano & Jesús Fernández Baena, tiorba
Anima e Corpo [AeC002].
Este maravilloso disco fue, en su día, objeto de una amplia crítica en este mismo blog, por lo que me remito a dejar aquí mis entregadas palabras, que no pueden menos de inclinarse ante la belleza y cercanía a la perfección de este registro. Eso sí, no sin antes dejar claro lo que este disco puede provocar, resumido sin más en la siguiente frase: "un disco que hace mejor al que lo escucha".
William Byrd [1540-1623].
The Great Service & other English music.
The Great Service & other English music.
The Cardinall's Musick - Andrew Carwood.
Hyperion [CDA67937].
14. Este es el número con que viene representado este disco en la The Byrd Edition que el conjunto británico lleva a cabo desde hace años. Se dice pronto, catorce discos ya dedicados al genio británico más elevado en lo musical que ha dado la historia. Solo por este hecho, ya debemos regocijarnos, pues el saber que TCM continuaran con su empresa supone toda una alegría para los apasionados por la música de Byrd -entre los que me encuentro; lo confieso: es una debilidad-. En este disco se alejan ya del repertorio sacro latino que copara sus trece anteriores grabaciones. Para ello, se centra en la que posiblemente es la gran obra sacra en inglés de Byrd: su The Great Service. Desde mi punto de vista, Byrd no alcanza en sus obras en lengua vernácula la excelencia y las cotas geniales a las que llega en su corpus latino -por numerosas razones que nos llevaría mucho relatar; quizá en una entrada pueda reflexionar sobre ello-, pero sigue tratándose de piezas de una factura fascinante. El grado simbiosis entre TCM y Byrd es tal, que comprenden la obra del británico casi a la perfección. Contando en su plantilla con los cantantes habituales en otras grabaciones de la serie, consiguen una lectura brillante, enérgica pero contenida, elegante y devota. Pura esencia british.
Harmonia Mundi [HMU807555].
Pocos conjuntos vocales en el panorama de la música clásica están al nivel actual del que goza Stile Antico. A pesar de su tremenda juventud, el conjunto va ya por su séptimo álbum. Un disco inspirado en temática sacra, concretamente en la Semana Santa, en el que encontramos piezas de compositores británicos, franco-flamencos, españoles e italianos, todo un tour de force de recopilación estilística en pleno Renacimiento. Además, el registro contiene una pieza contemporánea compuesta ex profeso para el conjunto por John McCabe, grabado en primicia mundial aquí. La manera en que estas magníficas voces transitan por el repertorio del XVI europeo es simplemente fascinante y evocadora en grado sumo. Su brillantez, sonoridad, expresividad, empaste, equilibrio, afinación... son realmente admirable y denotan un talento abrumador, pero sobre todo muchas horas de duro trabajo. La calidad artística de este conjunto y sus continuos éxitos y aciertos les están catapultando a la cima de los conjunto vocales británicos, o lo que es lo mismo -con permiso de algún que otro belga-, a la del mundo. Todos sus discos son un ejemplo -sí, desde aquel ya "lejano" Music for Compline-, pero la calidad de este le hace colocarse probablemente con el mejor, junto a Heavenly Harmonies.
David Kellner [1670-1748].
Phantasia [Music for Baroque lute].
José Miguel Moreno.
Glossa Music [GCD 920112].
Cuando uno artista de un talento abrumador tarda tanto en grabar un disco, a uno le da por reflexionar sobre ciertos aspectos. Es quizá interesante plantearse como a mayor talento también es mayor la reticencia al "éxito", al estar en las casas de los demás, es decir, el sentido de la honestidad y humildad asciende poderosamente. Si tenemos en cuenta el caso de Jose Miguel Moreno, nos damos cuenta de lo ínfimo de su discografía -aunque absolutamente eximia-, sobre todo si la comparamos con la cantidad de años de carrera que lleva a sus espaldas. Por otra parte, a uno le lleva a plantearse que quizá cuida, mima y espera cada grabación como si fuese la última, no registrando un álbum hasta no estar plenamente convencido de sus posibilidades. No sé cuales son las circunstancias reales de tan larga espera -diría que de ocho años, nada menos-, pero su regreso ha sido glorioso. Y es que Moreno es, a mi parecer, una de las figuras rutilantes en la interpretación de cuerdas pulsadas a nivel mundial, pudiendo compararlo con algunos de los nombres más inmensos, como el Paul O'Dette o el msmo Hopkinson Smith. No les tiene nada que envidiar. Sus registros anteriores avalan sus interpretaciones tanto en vihuela, guitarra española, tiorba o, como en este caso, el laúd barroco. Ya en aquel maravilloso Ars Melancholiae dio buena cuenta de lo que es capaz de hacer con un laúd en su manos. Vuelve ahora con la figura de David Kellner, un maestro apenas tranistado entre los "pulsistas", por lo concreto y breve de su obra. Graba aquí la colección Auserlesene Lauten-Stücke [1747] en primicia mundial, con 17 piezas de una belleza fascinante. Aquí hay de todo, sobre todo phantasias, pero también piezas de danza de todo tipo, y una chaconne -con la que se abre el disco- que esté entre lo más bello de la producción laudística de todo el Barroco europeo. La interpretación de Moreno es elegante, delicada, cuidada, con una pulsación brillante, tersa, límida. La emoción que contiene estas interpretaciones es absolutamente deslumbrante. Pura esencia del láud.
Huelgas Ensemble - Paul Van Nevel.
Deutsche Harmonia Mundi [88697780692].
Jacob Clement, más conocido como Clemens non Papa -me ahorraré la célebre anécdoa de su nombre-, es sin duda uno de los maestros franco-flamencos más fascinantes, con una obra más importante y sobre el que se ha transitado bastante menos de lo deseado. Ante esto, una grabación monográfica de su obra, y ante que la interpretación estuviera en manos del conjunto que quizá mejor interprete este repertorio franco-flamenco de los siglos XV y XVI, uno solo puede regocijarse. Era para muchos un disco esperadísimo, precisamente por las dos razones que acabo de esgrimir. La música derrocha belleza, emoción, complejidad, retórica, y se encuentran aquí algunas piezas que están entre lo mejor de su producción. Van Nevel y los suyos -extraordinaria plantilla vocal- se acercan a casi todos los géneros que hay en su repertorio, de la mano de chansons, motetes y misas, en las que las voces transitan entre tres, cuatro, cinco y seis partes. Desde luego, me parece un absoluto ejemplo de cómo acercarse a este repertorio, así como todo un muestrario del "sonido Huelgas" tan característico y qué tanto nos gusta. Van Nevel no se detiene ante la lucha de modos, disonancias y el uso de semitonía subintellecta. Un disco depara momentos fascinantes, en los que uno casi se eleva, y otros en los que vuelve a la tierra para quedarse abolutamente asombrado por la facilidad de hacer tan sencillo y hermoso lo que es tan extremadamente complejo. Han vuelto a hacerlo.
Jean Mouton [c.1459-1522].
The Tallis Scholars - Peter Phillips.
Gimell Records [CDGIM 047].
Cualquier novedad discográfica que proceda de las mente de Peter Phillips y las voces de su magnífico The Tallis Scholars es siempre un evento artístico de magnitudes muy considerables. Este año el bueno de Jean Mouton, que pasa por ser uno de los mayores talentos de las cinco generaciones de franco-flamencos, está empezando a ser considerado como merece, a tenor de las novedades discográficas alrededor de su figura -este y otro registro, realmente bueno, de The Brabant Ensemble y Stephen Rice-. Estamos aquí ante un disco absolutamente asombroso, y lo es por mucho motivos: la calidad del repertorio, la novedad en buena parte del mismo, la deslumbrante calidad interpretativa... que hacen del mismo un álbum absolutamente indispensable. De tres a ocho partes, así, con una facilidad pasmosa, de dobles coros a contrapuntos intrincados extremos, del intimismo más delicado a la grandilocuencia más contenida. Este es un disco multidireccional, pero que nos llega como un continuum, sin aristas. La visión con la que Phillips se acerca a estas obras es la habitual en su grupo, marca de la casa, con dos voces por parte -aunque aquí utiliza en varias piezas solo una por parte, sobre todo en las que son a 8-, con limpidez de líneas, equilibrio, afinación inmejorable, brillantez en sopranos y tenores, altos poderosos/as, bajos omnipresentes... puro British sound y sobre todo puro Tallis sound, pues ellos en buena parte han sido los encargados de crear ese sonido "panbritánico". Un disco que para muchos dice ser ya el mejor de toda su discografía. No sé si puedo llegar a aventurarme tanto, pero sí diré que estamos ante uno de los de arriba, que quizá se situemos entre los cinco mejores, lo cual, teniendo en cuenta la ingente discografía y la calidad de la misma, es una garantía de éxito y disfrute.
2 comentarios:
Del Requiem de Richafort sólo tengo la versión del Huelgas, así que no puedo hablar de otras; ciertamente es una obra muy bella. Ahora bien, calificarla de una de las mejores obras de la historia de "la música occidental" me parece, cuanto menos, un poco osado. Sólo es mi opinión. Un saludo.
Hola:
Bueno, es posible, pero como todo, al fin y al cabo es una opinión meramente subjetiva y muy personal.
Obviamente es una de las más bellas de la historia para mí.
Eso sí, por subjetiva, no ha de quitársele valor, teniendo en cuenta la cantidad realmente ingente de obras y discos que llevo escuchados en mi vida.
Creo que estoy en disposición de poder hacer un juicio de valor de este tipo en este sentido.
Gracias por tu aporte.
Un saludo.
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