martes, 28 de febrero de 2012

"Pórtico de Zamora": programas de mano del siglo XXI (Tertia pars)

   Para el tercero de los conciertos, el Festival Internacional "Pórtico de Zamora" nos depara nada menos que un nuevo homenaje al mayor de la genios que la historia de la música española nos ha legado, y cuyos fastos todavían se celebran a pesar de que ya no estamos en ese "Año Victoria". Un programa compuesto con el eje central en la Missa Salve regina a 8, que está compuesta sobre su antífona homónima de 1572. Victoria nos depara en esta misa una plantilla compuesta por dos coros: el primero de ellos con dos cantvs, altvs y bassvs, y el segundo con un coro a cuatro al uso -cantvs, altvs, tenor y bassvs-. Otra de las grandes novedades de esta misa es la indicación "con órgano" que Victoria añade para interpretarse junto a las ocho partes vocales. Completan el programa otra serie de piezas "menores" del abulense, algunas auténticas joyas, como el Salve regina a 8, la antífona Sancta Maria sucurre miseris a 4 o el impresionante y breve motete Gaude Maria virgo a 5. Pero mostrando esa sensibilidad por lo novedoso, el programa se termina de completar con un par de obras de dos compositores prácticamente desconocidos: Rodrigo Ordóñez (c.1530-c.1591) y Andrés de Villalar (c.1530-c.1593), estrictos coetáneos que estuvieron activos en la Catedral de Zamora, y de los que se interpretan sendas antífonas a 4: Asperges me y Regina coeli laetare -que supunen estrenos absolutos en tiempos modernos-.

   Para la interpretación de tan jugoso programa no se ha acudido a los tradicionales conjuntos británicos, belgas u holandeses, sino que para ello se ha contado con la participación de un conjunto español, aunque entre sus filas haya un buen número de intérpretes extranjeros. Ese conjunto no es otro que La Grande Chapelle, que dirige actualmente Albert Recasens, quien se hizo cargo de la misma desde la desaparición de su padre, fundador de esta, Ángel Recasens.

   ¿Y qué mejor que el propio intérprete para desgranar los diversos aspectos del programa que el propio director del conjunto? Eso debe ser lo que pensó la organización del "Pórtico" al encargar estas vídeo-notas al propio Albert Recasens. A lo largo de casi diecisiete minutos, el director va realizando toda una semblanza histórica y contextual de la Europa que albergaba el hacer del maestro Victoria. Un lenguaje asequible y cercano y una seguridad y poder de oratoria excelentes son las grandes bondades de estas vídeo-notas. Albert, al que tengo el gusto de conocer personalmente, es un músico que vive y disfruta lo que hace -además de una gran persona-, y eso se nota en sus palabras en este vídeo.

   Un concierto que será todo disfrute, pues música de esa altura no es, desgraciadamente, de común puesta en las programaciones de auditorios, ciclos t festivales en nuestro país. Un homenaje que, como siempre, Victoria bien merece.



domingo, 19 de febrero de 2012

"Pórtico de Zamora": programas de mano del siglo XXI (Secvnda pars)

   El segundo de los conciertos del "Pórtico de Zamora" de este año corresponde al interpretado por Hopkinson Smith, uno de los grandes maestros de las cuerdas pulsadas en todas sus variantes del siglo XX y que aún sigue impartiendo su magisterio por todo el mundo. A pesar de haber dedicado la mayor parte de su tiempo a la interpretación del laúd barroco, Smith es una total referencia en ese instrumento, pero también en otros como la guitarra barroca, laúd renacentista, vihuela y la propia tiorba.

   Poder disfrutar de este magnífico intérprete en España es siempre una ocasión para celebrar y cita a marcar en el calendario. Además, la propuesta que presenta el estadounidense para este programa es interesante y novedosa, si bien no única, pues ya lleva haciéndose años -por él y otros tiorbistas-. Escuchar una versión de tan magníficas piezas, aunque sea en adaptaciones para un instrumento no primigenio en la concepción bachiana, siempre resulta un evento fantástico. Cabe preguntarse porqué no interpretar un programa con las partitas para laúd sí compuestas ex profeso para un instrumento de cuerda pulsada en vez de adaptar piezas que sí parece claramente no tuvieron nada que ver con instrumentos de este tipo. Sin embargo, en las vídeo-notas se dan buena cuenta de ciertos aspectos referidos a esta cuestión. Resultará clarificador.

   En estas vídeo-notas se explican con meridiana claridad muchos aspectos referentes a la historia de la recepción de estas piezas. Fabuloso el trabajo de José María Domínguez Rodríguez, doctor por la Universidad Complutense de Madrid y que actualmente desarrolla su trabajo en la Universidad de la Rioja. El contenido es excelente y solo se echa en falta una duración un tanto mayor en la que se hubieran tratado algunos temas más que sirvieran para el melómano quizá no tan informado, como un comentario sobre el instrumento en el que se va a interpretar el programa o algún comentario sobre el intérprete. Por lo demás, magnífico trabajo.



sábado, 18 de febrero de 2012

"Pórtico de Zamora": programas de mano del siglo XXI (Prima pars)

   El Festival Internacional "Pórtico de Zamora", evolución nominal del primigenio "Pórtico de Semana Santa", es un festival muy valorado entre los muchos apasionados que la música antigua tiene en nuestro país. Su sede principal se encuentra en la iglesia de San Cipiriano, una preciosa iglesia románica que data del siglo XI y que fue rehabilitada ya en el XX. Entre sus principales sus virtudes encontramos la honestidad, el gusto por los detalles, la pasión por la música, una apuesta por la sencillez y la calidad, un gran afán por sorprender e innovar... Alberto Martín Márquez fue el impulsor de esta idea y con su trabajo, esfuerzo y tesón, así como la ayuda de sus colaboradores, han conseguido afianzar este festival no solo como uno de los mejores en el panorama español, sino como una de las citas ineludibles cada año para los apasionados de las músicas pretéritas. Desde su estreno en 2004, han sido muchos los grandes solistas y conjuntos que han decorado su "hall of fame" particular. Por poner solo algunos espectaculares ejemplos: The Tallis Scholars (Peter Phillips), The Hilliard Ensemble, Peter Kooy, Le Poème Harmonique (Vincent Dumestre), Ensemble Organum (Marcel Pèrés), Tenebrae (Nigel Short), Sara Mingardo, Ann Hallenberg y un sinfín más de rutilantes estrellas.

   Una serie de desplantes y reveses económicos estuvieron a punto de dar al traste con este festival referencial, sin embargo el tesón e ilusión han hecho que sobrevivia a pesar de no contar ya con subvención de su ayuntamiento. Otros han sido los encargados de mantenerlo a flote.

   Como decía, este festival siempre ha tenido en la innovación uno de sus puntos fuertes. Desde planteamientos de programas singulares y creaciones del festival, hasta publicaciones musicológicas que apoyan ciertos conciertos y ediciones, pasando por unos libretos muy cuidados e intersantísimos, venta de discos en muchos de los conciertos, detalles para los espectadores... hasta el último avance que ha tenido lugar para esta nueva edición, que se celebrará el próximo marzo. Las vídeo-notas son esa nueva incorporación que engrosa la lista de grandes aciertos del "Pórtico". Concebidos como unos programas de mano del siglo XXI, de manera audiovisual, nos van presentando cada uno de los conciertos en palabras de destacados musicólogos, investigadores, intérpretes, de una manera cercana y divulgativa. Mi intención es presentar aquí cada uno de esas vídeo-notas -por orden cronológico de los conciertos-, que pueden encontrarse, además, de en su página web, en la plataforma Youtube y por medio del canal del festival en la misma, en HD.

   El primero es el correspondiente al concierto de Jordi Savall, figura que no es necesario presentar. El maestro Savall visitará el festival es su versión más auténtica -y en mi opinión, más destacada en cuanto a aspectos cualitativos-. El maestro presenta un precioso programa dedicado a su instrumento, en el que interpretará piezas alemanas, francesas, inglesas e italianas, toda una piedra de toque para cualquier violagambista. El musicólogo e historiador del arte español, Carlos Martínez Gil, es el encargado de presentar estas primeras notas. Durante media hora se encarga de elaborar una semblanza sobre el instrumento, compositores y piezas que se interpretan en el programa. Con un lenguaje muy asequible para cualquier melómano -quizá un tanto burdo para los especialistas-, va tratando todo esos temas relacionados con el instrumento, del que él mismo es tañedor.

   Mi enhorabuena, pues, para el "Pórtico de Zamora", por otro acierto más en su desarrollo histórico y por permancecer en pie a pesar de los golpes recibidos, pues todos los que nos hemos emocionados en alguna ocasión estando sentados en aquella románica iglesia zamorana, nos alegramos de corazón de esta supervivencia.



sábado, 11 de febrero de 2012

Se fueron las manos de BACH

   El pasado 16 de enero el mundo de la música antigua recibía una de las peores noticias que se le podían dar: había fallecido Gustav Leonhardt. El maestro holandés no era solo un clavecinista más, era el gran clavecinista; no era solo un maestro, el maestro de maestros; no era solo un músico, era un músico de músicos.


   A sus 83 años, todavía permanecía en él esa pasión por la música, por el órgano, por el clave, por BACH... Músico, intérprete, musicólogo, organista, clavecinista, director -"solo si consigo subir los brazos"-, pionero..., era la gran figura clavecinística del siglo XX, el maestro al cual el resto de intérpretes veneraban, del que aprendían y al que querían parecerse.

   Forjó su carrera tras terminar sus estudios en la Schola Cantiorum Basiliensis y ya desde la década de 1950 comenzó su fulgurante ascenso. Una de las grandes figuras pioneras en el movimiento historicista, fue responsable -junto a Nikolaus Harnoncourt- de grabar la primera integral de cantatas bachianas con criterios historicistas. Eso fue solo el comienzo.

   Los que hemos tenido la suerte de admirarlo en directo hemos sido siempre conscientes de que no estábamos ante uno más, sino ante el más grande. Yo he sido afortundado cuatro veces y he podido comprobar sus múltiples facetas. Aún recuerdo la primera vez que pude verlo en directo, tocando un precioso clave en un pequeño salón del Hostal de San Marcos (León). Recuerdo la ilusión que tenía al estar allí -siendo solo un adolescente que lo adoraba- y cómo me sentí durante el concierto. Al final, esperaba nervioso para conseguir un autógrafo del maestro y así fue, me firmó sonriente, humilde y aparentemente complacido ante mis recurrentes y nerviosas felicitaciones.
Pero también pude disfrutar de él como organista -en un recital dado en un magnífico órgano Echevarría conservado en la Iglesia de Santa Marina la Real (León)- y en su  faceta de director, ante la Orchestra of the Age of Enlightenment, con obras de BACH y una suite orquestal de Jean-Philippe Rameau -Zoroastre-, que fue la gran culpable de mi furor rameauniano desde entonces hasta ahora.
La última vez que pude disfrutar de su arte fue el pasado año, en Oviedo, uno de los últimos recitales que daría en España, y que como es habitual, me dejó conmocionado durante días.

   Ver y escuchar a Leonhardt se escapa de lo normal. Su pasividad, hieratismo y aparente distancia con la música son solo una mera fachada, posible herencia de su carácter norteño, que esconden, sin embargo, una estructura apasionada, sensible, elagante, delicada. En él todo es puro sentimiento y expresividad. Su conocimeinto de la música excede todo lo superficial y su dominio de las estructuras, el lenguaje, la retórica, etc., hicieron de él un gran genio del teclado.

   No quiso sobrepasar la barrera del siglo XVIII -al contrario que muchos de sus colegas- y su dominio del teclado barroco llegó a prácticamente todos los ámbitos posibles: música alemana, francesa, italiana, inglesa, española y BACH, siempre BACH. Acerca de su relación con el Kantor, decía el propio Leonhardt: "Bach es el más grande de todos. Mi admiración por él no para de crecer y jamás se apaga, a pesar de que pase el tiempo. No sabría cómo explicarlo. Es un gran misterio, el misterio de Bach". Y así fue como quiso despedirse. Al contemplar su último recital, realizado en el Théâtre des Bouffes du Nord (Paris) -que puede verse completo aquí-, vemos a un Leonhardt cansado, con sus peculiares "semiguantes", posiblemente consciente de que su final se acerca y prácticamente decidido a dejar que sus manos descansen finalmente tras cincuenta años de trabajo, trabajo amable, apasionado y agradable.

   Y así se desarrolló ese recital, como el resumen de toda una vida, el final que se espera con la calma del que se sabe satisfecho, pues ha dedicado toda su vida al más noble arte de cuantos existen, interpretando música alemana, inglesa, francesa y BACH, siempre BACH. La última obra que Leonhardt legara a este mundo no podía ser de otro. Por eso, cuando uno se encuentra frente a Leonhardt, sus manos, su espíritu y esa variación 25 de las variaciones Goldberg, vuelve a sentir que está ante un momento inigualable, un diálogo de genio a genio, de dos seres que serán inmortales, que vivirán en nosotros para siempre, en todo aquel que se emocione con la música.

   Mueve la cabeza, inspira, no duda, siente, expresa, descansa... expira.

   Pocas palabras caben ya. Solo escuchar, disfrutar, emocionarse, llorar, reír, vivir... vivir como él vivirá siempre en todo aquel que lo haya escuchado, en todo aquel lo guarde en su memoria, en todo aquel que escuche una de sus grabaciones para sentirse mejor, en todo aquel que se supo afortunado de presenciar a un genio, a alguien que pasó por el mundo para hacerlo indudablemente mejor. Quizá las mejores palabras posibles sean las que muchos de los compositores del Renacimiento utilizaron para expresar el dolor ante la pérdia de alguien querido y admirado. Así sea...

Versa est in luctum cithara mea,
et organum meum in vocem flentium.
Parce mihi Domine,
nihil enim sunt dies mei.