Escuchando hace unos pocos días el primer disco del volumen 16 de la integral de las cantatas bachianas, que Ton Koopman grabara en varios años, con el concurso de los sellos Erato y luego el suyo propio -Antoine Marchand- bajo el auspicio de Challenge Records, caí una vez más en la cuenta de lo unido que ha estado el bajo alemán Klaus Mertens a la figura omnipresente de BACH. Y esta unión es tan absolutamente sólida, que uno se da cuenta de que este bajo, para muchos el bajo bachiano por excelencia, que diría es el único bajo de la historia que ha interpretado todas las partes compuestas por el Kantor para esta voz, es decir, que Mertens ha cantado todas las líneas de las piezas bachianas, incluyendo la integral de las cantatas, las pasiones, oratorios, motetes, la misa en latín...
Esto convierte a Mertens, además, en el único cantante, incluyendo cualquier tesitura, que ha logrado tan impresionante logro. Debemos recordar, porque parece lo justo, que la figura de este bajo va unida indefectiblemente a la de Ton Koopman y su conjunto barroco, con el que ha grabado prácticamente la totalidad -si no todas- de esas piezas.
Si uno se siente ínfimo, minúsculo e insignificante ante la inmenso e infinita figura de BACH, creo que Mertens ha logrado algo que encumbra su figura y que le hace estar más cerca del que ha sido su inspiración y al que le ha dedicado toda su vida y su voz. Salve, pues, Klaus Mertens.
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