Recopilatorio de Le Poème Harmonique con algunos de los ostinati más bellos de su discografía.
Ostinato. Le
Poème Harmonique – Vincent Dumestre. Alpha [Alpha 817],
2012. TT. 65’23. Obras de Luis de Briceño, Francesco Manelli, John Johnson,
Claudio Monteverdi, Thomas Robinson y anónimos.
Dice
el DRAE en relación al término ostinato lo siguiente:
(Del it.
ostinato; literalmente 'obstinado').
1. m. Mús. Motivo que se repite
insistentemente durante una buena parte de una composición musical.
La
definición, aunque simple, resulta meridianamente clara, incluso para
alguien que no haya escuchado el término en toda su vida o cuyo
acercamiento a la música sea casi inexistente. Otra cosa bien distinta
sucederá si intentamos conocer de una manera más profunda el término
italiano, que tanto desarrollo ha tenido durante buena parte de la
historia de la música, pues encontraremos que esta definición comienza a
quedarse insultantemente pequeña ante la complejidad estructural y la
diversidad tipológica de los ostinatos -permítasenos el término a la
española- que tuvieron gran desarrollo sobre todo en el Renacimiento y
culminando en el Barroco, período en el que se erigió como una de las
grandes técnicas compositivas utilizadas de manera común por cualquier
compositor que se preciase, y que posteriormente ha seguido siendo
utilizado, aunque ya no como un pilar estructural y de un manera muy
diversa, llegando incluso hasta finales del siglo XX con ese tendencia
que tiene la repetición como base y que es tan bien conocida por todos:
el minimalismo.
Parece que el primer ejemplo reconocible como ostinato se tiene ya en el siglo XIII, concretamente en el célebre canon titulado Summer is icumen in, en el que tres notas se repiten de manera incesante durante lo que dura la misma. A lo largo del Renacimiento el uso del ostinato fue aumento de manera interesante, sobre todo con el desarrollo de la música instrumental, tanto al servicio de la danza -en un principio-, como con un carácter más solístico y virtuoso -posteriormente.
Ya en el Barroco el desarrollo del ostinato resulta absolutamente
exponencial, apareciendo, sin embargo, teorizado el concepto con este
nombre por primera vez en una fecha tan tardía como es la de 1687, en el
Documenti armonici de Angelo Berardi, y bajo el nombre de contrapunto ostinato -aunque ya en el afamado Le istituzioni harmoniche [1558] de Gioseffo Zarlino
se encontrase algo parecido escondido bajo el nombre de Pertinacie [las
alusiones del término respecto a la insistencia son obvias]. Pues es
aquí, durante los siglos XVI -los claros antecedentes tienen aquí su
base- y XVII -el gran desarrollo se producirá ya en el barroco- en qué
surge el concepto conocido como basso ostinato, es decir, llevar este
concepto de repetición a la línea del bajo -la que podrían realizar
instrumentos armónicos como clave, órgano, arpa, u otros melódicos como
la viola da gamba, violone, o los diversos instrumentos de cuerda
pulsada existentes-, conformando así la auténtica base
melódico-armónico-rítmica sobre la que se sustentaba la pieza. Nombrar,
aunque fuera de manera somera, la diversa tipología de las decenas de
ostinati que se utilizaron nos llevaría miles de palabras, por lo que
nos remitiremos a los aparecidos en el presente registro discográfico.
Este Ostinato nos presenta una recopilación con algunos de los
momentos más significativos encontrados en los registros que Le Poème
Harmonique y Vicent Dumestre presentaran en Alpha, con los siguientes títulos: Il Fásolo, Love is Strange, Combattiment! y El Fenix de Paris.
No es que quien estas líneas escribe sea muy aficionado de los
recopilatorios -si fuesen, aún, novedades-, pero aún así se encuentra
en este disco cierta cohesión temática y una base sobre la que construye
su sentido. Hay aquí obras españolas, italianas e inglesas, un
interesante muestrario de cómo se trataba el ostinato en la Europa del
de finales del siglo XVI y mediados del XVII. Luís de Briceño
-compositor español de principios del XVII, que desarrolló una
interesante carrera en París- es el más representado, pues de él se
interpretan una Danza de la Hacha, una seguidilla, un pasacalle, una españoleta y un tono françes -interesante
denominación-, momentos de interesante colorido melódico, con claro
tinte español pero cierto sabor francés -fantástica la mezcla
estilística en su Españoleta, que constituye, por lo demás, uno de los
momentos más hermosos del disco.
Los ejemplos italianos vienen de la mano del italiano Francesco Manelli,
interesante compositor de la primera del XVII, pilar fundamental para
el establecimiento de la ópera en Venecia. Se interpretan de él un
lamento -las tetracordos ascendentes y descendentes, cromáticos, basso
dolente... fueron muy desarrollados en este tipo de obras melancólicas,
con un claro afán por mover los afectos del oyente, suponiendo así una
gran aportación al mundo de la retórica musical-, una bergamasca y una
ciaccona -maravilloso ese Acceso mio core; piezas de carácter festivo y un colorido melódico-rítmico muy destacado. Claudio Monteverdi supone la otra aparición italiana, con su Lamento della Ninfa -obsérvese aquí un tetracordo descendente LA-SOL-FA-MI-, otro de los momentos estelares del registro.
La música inglesa se presenta por medio de dos figuras de importancia en la Inglaterra de finales del XVI, John Johnson y Thomas Robinson, destacados laudistas y compositores de danzas y piezas instrumentales en los géneros más usados del momento. Aparecen aquí obras que tienen la cuerda pulsada como verdadera protagonista, que, por lo demás, presentan una variedad armónico-melódica ciertamente destacable -notable la brillantez en Wakefield on a green de Robinson.
Dos anónimos posiblemente españoles y uno inglés completan un disco en el que se nos invita a escuchar pausadamente, disfrutando cada una de esas notas del bajo, cada acorde, cada melodía, a seguir el rastro de cada secuencia, es una interpretaciones que, como suele suceder con el conjunto francés, brillan por la variedad tímbrica utilizada -la cuerda pulsada triunfa-, lo imaginativo de su lecturas, la cierta fusión, su visión más popular de la música del Barroco, emisiones vocales de corte más tradicional... En definitiva, lecturas en las que se busca acercar las músicas pretéritas a todo tipo de público, con una visión quizá más comercial que musicológica, y en la que es inevitable que la música de danza cumpla su función en cuanto a hacer que nuestros pies comiencen inevitablemente a moverse.
Publicado en Codalario el 01-VI-2013.
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