viernes, 7 de junio de 2013

Lo hipnótico... [crítica, para Codalario, del recopilatorio de Le Poème Harmonique en Alpha]

Lo hipnótico de lo repetitivo
Recopilatorio de Le Poème Harmonique con algunos de los ostinati más bellos de su discografía.

Ostinato. Le Poème Harmonique – Vincent Dumestre. Alpha [Alpha 817], 2012. TT. 65’23. Obras de Luis de Briceño, Francesco Manelli, John Johnson, Claudio Monteverdi, Thomas Robinson y anónimos.


  Dice el DRAE en relación al término ostinato lo siguiente: 
(Del it. ostinato; literalmente 'obstinado'). 
1. m. Mús. Motivo que se repite insistentemente durante una buena parte de una composición musical. 

  La definición, aunque simple, resulta meridianamente clara, incluso para alguien que no haya escuchado el término en toda su vida o cuyo acercamiento a la música sea casi inexistente. Otra cosa bien distinta sucederá si intentamos conocer de una manera más profunda el término italiano, que tanto desarrollo ha tenido durante buena parte de la historia de la música, pues encontraremos que esta definición comienza a quedarse insultantemente pequeña ante la complejidad estructural y la diversidad tipológica de los ostinatos -permítasenos el término a la española- que tuvieron gran desarrollo sobre todo en el Renacimiento y culminando en el Barroco, período en el que se erigió como una de las grandes técnicas compositivas utilizadas de manera común por cualquier compositor que se preciase, y que posteriormente ha seguido siendo utilizado, aunque ya no como un pilar estructural y de un manera muy diversa, llegando incluso hasta finales del siglo XX con ese tendencia que tiene la repetición como base y que es tan bien conocida por todos: el minimalismo.

  Parece que el primer ejemplo reconocible como ostinato se tiene ya en el siglo XIII, concretamente en el célebre canon titulado Summer is icumen in, en el que tres notas se repiten de manera incesante durante lo que dura la misma. A lo largo del Renacimiento el uso del ostinato fue aumento de manera interesante, sobre todo con el desarrollo de la música instrumental, tanto al servicio de la danza -en un principio-, como con un carácter más solístico y virtuoso -posteriormente.

  Ya en el Barroco el desarrollo del ostinato resulta absolutamente exponencial, apareciendo, sin embargo, teorizado el concepto con este nombre por primera vez en una fecha tan tardía como es la de 1687, en el Documenti armonici de Angelo Berardi, y bajo el nombre de contrapunto ostinato -aunque ya en el afamado Le istituzioni harmoniche [1558] de Gioseffo Zarlino se encontrase algo parecido escondido bajo el nombre de Pertinacie [las alusiones del término respecto a la insistencia son obvias]. Pues es aquí, durante los siglos XVI -los claros antecedentes tienen aquí su base- y XVII -el gran desarrollo se producirá ya en el barroco- en qué surge el concepto conocido como basso ostinato, es decir, llevar este concepto de repetición a la línea del bajo -la que podrían realizar instrumentos armónicos como clave, órgano, arpa, u otros melódicos como la viola da gamba, violone, o los diversos instrumentos de cuerda pulsada existentes-, conformando así la auténtica base melódico-armónico-rítmica sobre la que se sustentaba la pieza. Nombrar, aunque fuera de manera somera, la diversa tipología de las decenas de ostinati que se utilizaron nos llevaría miles de palabras, por lo que nos remitiremos a los aparecidos en el presente registro discográfico.
  Este Ostinato nos presenta una recopilación con algunos de los momentos más significativos encontrados en los registros que Le Poème Harmonique y Vicent Dumestre presentaran en Alpha, con los siguientes títulos: Il Fásolo, Love is Strange, Combattiment! y El Fenix de Paris. No es que quien estas líneas escribe sea muy aficionado de los recopilatorios  -si fuesen, aún, novedades-, pero aún así se encuentra en este disco cierta cohesión temática y una base sobre la que construye su sentido. Hay aquí obras españolas, italianas e inglesas, un interesante muestrario de cómo se trataba el ostinato en la Europa del de finales del siglo XVI y mediados del XVII. Luís de Briceño -compositor español de principios del XVII, que desarrolló una interesante carrera en París- es el más representado, pues de él se interpretan una Danza de la Hacha, una seguidilla, un pasacalle, una españoleta y un tono françes -interesante denominación-, momentos de interesante colorido melódico, con claro tinte español pero cierto sabor francés -fantástica la mezcla estilística en su Españoleta, que constituye, por lo demás, uno de los momentos más hermosos del disco.
    
  Los ejemplos italianos vienen de la mano del italiano Francesco Manelli, interesante compositor de la primera del XVII, pilar fundamental para el establecimiento de la ópera en Venecia. Se interpretan de él un lamento -las tetracordos ascendentes y descendentes, cromáticos, basso dolente... fueron muy desarrollados en este tipo de obras melancólicas, con un claro afán por mover los afectos del oyente, suponiendo así una gran aportación al mundo de la retórica musical-, una bergamasca y una ciaccona -maravilloso ese Acceso mio core; piezas de carácter festivo y un colorido melódico-rítmico muy destacado. Claudio Monteverdi supone la otra aparición italiana, con su Lamento della Ninfa -obsérvese aquí un tetracordo descendente LA-SOL-FA-MI-, otro de los momentos estelares del registro.

  La música inglesa se presenta por medio de dos figuras de importancia en la Inglaterra de finales del XVI, John Johnson y Thomas Robinson, destacados laudistas y compositores de danzas y piezas instrumentales en los géneros más usados del momento. Aparecen aquí obras que tienen la cuerda pulsada como verdadera protagonista, que, por lo demás, presentan una variedad armónico-melódica ciertamente destacable -notable la brillantez en Wakefield on a green de Robinson.

  Dos anónimos posiblemente españoles y uno inglés completan un disco en el que se nos invita a escuchar pausadamente, disfrutando cada una de esas notas del bajo, cada acorde, cada melodía, a seguir el rastro de cada secuencia, es una interpretaciones que, como suele suceder con el conjunto francés, brillan por la variedad tímbrica utilizada -la cuerda pulsada triunfa-, lo imaginativo de su lecturas, la cierta fusión, su visión más popular de la música del Barroco, emisiones vocales de corte más tradicional... En definitiva, lecturas en las que se busca acercar las músicas pretéritas a todo tipo de público, con una visión quizá más comercial que musicológica, y en la que es inevitable que la música de danza cumpla su función en cuanto a hacer que nuestros pies comiencen inevitablemente a moverse.

Publicado en Codalario el 01-VI-2013.

No hay comentarios: