Accademia
del Piacere debuta en Glossa con un álbum dedicado a la improvisación sobre
conocidas piezas españolas de los siglos XVI y XVII.
Rediscovering Spain: Fantasías, diferencias & glosas. Accademia del Piacere, Raquel Andueza [soprano] - Fahmi Alqhai. Glossa [Platinum, GCD P33201], 2013. TT. 51’00. Obras de Gaspar Sanz, Josquin Desprez, Manuel Machado, Joan Cabanilles, Antonio de Cabezón, Bartolomé de Selma y Salaverde, Francisco Guerrero, Hernando de Cabezón y anónimos.
Han pasado ya bastantes años desde que el historicismo irrumpiese de manera fulgurante como una tendencia absolutamente rompedora en las salas de conciertos y los salones de las casas. En aquellos comienzos, todos los que dedicaban su tiempo y esfuerzo a recuperar música pretéritas y a sugerir que había una posible interpretación que se acercaba de una manera lo más fidedignamente posible a la sonoridad original de la época en que se compusieron aquellas músicas, eran vistos –por algunos– como auténticos fantoches que únicamente perseguían abrir un mercado hasta entonces desconocido, charlatanes y vendedores de humo en busca de un camino fácil y totalmente opuesto a lo que se demandaba y consumía por aquel entonces. Hoy día, aquellos supuestos fantoches se han consolidado y son reputados especialistas absolutamente respetados, además de que la tendencia historicista está totalmente asentada en la sociedad musical occidental del siglo XXI. Pero con ese paso de los años hemos ido comprobando como se está instalando una nueva vertiente de esa tendencia, una faceta tanto o más imaginativa, rompedora y arriesgada que lo que el historicismo supuso en su momento. Se trata del camino de la fusión y el mestizaje de estilos y épocas, de la búsqueda de lo supuestamente auténtico por medio de la improvisación, un intento de acercarse al historicismo alejándose de aquellos presupuestos que han primado a lo largo de estas décadas de práctica interpretativa.
El título de
este disco es ya suficientemente elocuente per
se, pero en cuanto uno lee las escuetísimas notas críticas de este registro
lo termina por tener meridianamente claro. La principal premisa, como el mismo Fahmi Alqhai escribe es: “ir mucho más
allá de una interpretación ‘historicista’ al uso, un concepto cada vez más
falto de contenido y autenticidad”. El debate queda abierto.
Fantasías, diferencias y glosas, esas
son las bases sobre las que se erige el presente registro discográfico, en el
que a través de la siempre curiosa mirada de Fahmi Alqhai y los músicos de su Accademia del Piacere, se nos presenta
un programa, bastante corto para lo que un disco supone –51 minutos es casi
irrisorio–, en el que las obras son redescubiertas en lecturas arriesgadas que
conjugan el colorido tímbrico y la fusión con sonidos orientalizantes, lo que
se observa sobre todo en el tratamiento de la cuerda pulsada y en los arabescos
y ornamentaciones que nos evocan inevitablemente algo de la música de aquellas
no tan lejanas tierras.
Así las Marionas y los Canarios de Gaspar Sanz;
la Fantasía y glosa sobre Mille Regretz,
de Josquin Desprez; La dama le demanda y el Tiento III de primer tono, de Antonio Cabezón; la Corrente italiana, de Joan Cabanilles; la Susana passeggiata, de Bartolomé de Selma y Salaverde o una Xácaras anónimas del XVII cobran una
dimensión que trasgrede lo que puede esperarse de una interpretación con instrumentos
originales ortodoxa, ayudadas por las transcripciones y arreglos realizados por
el propio Alqhai y Enrike Solinís.
Las viole da gamba –en sus diversas
tesituras– son las grandes protagonistas, junto con los distintos instrumentos
de cuerda pulsada que participan en la empresa: vihuela, guitarra barroca,
colascione y tiorba. Se cuenta, además, con un apoyo importante en los
instrumentos de viento –eso que en su día se conocía como ministriles–, con
cornetto, sacabuche, dulcian y bajón. La búsqueda de lo improvisatorio y la
concepción de la música escrita tan solo con un guión básico sobre el que
construir el devenir de los sonidos es el camino transitado por estos jóvenes
intérpretes.
Raquel Andueza, una de las voces más
importantes del panorama mundial en lo tocante a la interpretación histórica
participa como estrella invitada, interviniendo en tres piezas: Di perra mora, anónimo del XVI –algunos
la atribuyen a Pedro Guerrero, hermano mayor del conocido Francisco Guerrero–,
en el que el juego pícaro con el género del texto –cambiando el “tuyo” original
por un “tuya”, cuando la que canta es una mujer y se dirige a otra mujer– la
vuelve aún más contemporánea; el precioso Dos
estrellas le siguen, de Manuel Machado, en una lectura en la que la
variación de los acentos de la música y el acompañamiento de la cuerda pulsada aportan
un toque arábigo inesperado, además de la personal emisión vocal de Andueza,
más cercana a la música pop que a la lírica; y la sosegada Si la noche haze escura, de Francisco
Guerrero, quizá la pieza interpretada con mayor ortodoxia de cuantas se
hallan en el disco, en la que Andueza da buena muestra de porqué es uno de los
claros referentes españoles en todo el mundo a la hora de interpretar este tipo
de repertorios.
Estamos ante
un disco que dará mucho que hablar, y que estamos seguros levantará numerosas
suspicacias entre los más puritas. Dejando a un lado nuestro gusto personal –no
comparto varios de los “excesos” interpretativos, ni en general, el concepto
general de la grabación–, lo que queda patente es que la honestidad en la defensa de lo que se cree
y el trabajo son evidentes en este trabajo, como lo es la libertad del que lo
escucha. No obstante, tampoco debemos dejar pasar el evidente carácter
mercantil de este tipo de grabaciones, tan en boga, y por tanto rentables
–dentro de lo que se puede en este tipo de grabaciones. Auguramos también un
gran éxito al presente álbum, pues esta mencionada corriente en la música
antigua está cada día más consolidada y es posiblemente la más accesible y
solicitada por el público. Eso sí, hemos de lamentar dos cosas de sustanciosa
importancia: primero, el hecho de grabar por pistas un disco de música clásica,
barroca, antigua… No creo en este tipo de sistemas para grabar música de este
tipo, pues creo que se pierde así una de las bases de esta, que es el hecho de
una interpretación conjunta, con todo lo que ello reporta; segundo, que el rediscovering se haya enfocado
únicamente en el aspecto interpretativo y no también en el del repertorio
escogido, sobradamente conocido –incluso alguna de las obras ha sido grabada en
repetidas ocasiones; es una lástima que con todo el patrimonio musical español
que aún queda por rescatar, los propios intérpretes españoles sigan empeñados
en interpretar una y otra vez las mismas piezas. Quizá sea la próxima vez, de
momento, habrá que esperar.
Absténganse, pues, ortodoxos, puristas e historicistas de pro, pero anímense aquellos que conciben la música como un divertimento llevado a sus últimas consecuencias.
Publicado en Codalario el 16-VI-2013
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