jueves, 27 de junio de 2013

El debate... [crítica, para Codalario, del último disco de Accademia del Piacere]

El debate eterno
Accademia del Piacere debuta en Glossa con un álbum dedicado a la improvisación sobre conocidas piezas españolas de los siglos XVI y XVII.

Rediscovering Spain: Fantasías, diferencias & glosas. Accademia del Piacere, Raquel Andueza [soprano] - Fahmi Alqhai. Glossa [Platinum, GCD P33201], 2013. TT. 51’00. Obras de Gaspar Sanz, Josquin Desprez, Manuel Machado, Joan Cabanilles, Antonio de Cabezón, Bartolomé de Selma y Salaverde, Francisco Guerrero, Hernando de Cabezón y anónimos.


  Han pasado ya bastantes años desde que el historicismo irrumpiese de manera fulgurante como una tendencia absolutamente rompedora en las salas de conciertos y los salones de las casas. En aquellos comienzos, todos los que dedicaban su tiempo y esfuerzo a recuperar música pretéritas y a sugerir que había una posible interpretación que se acercaba de una manera lo más fidedignamente posible a la sonoridad original de la época en que se compusieron aquellas músicas, eran vistos –por algunos– como auténticos fantoches que únicamente perseguían abrir un mercado hasta entonces desconocido, charlatanes y vendedores de humo en busca de un camino fácil y totalmente opuesto a lo que se demandaba y consumía por aquel entonces. Hoy día, aquellos supuestos fantoches se han consolidado y son reputados especialistas absolutamente respetados, además de que la tendencia historicista está totalmente asentada en la sociedad musical occidental del siglo XXI. Pero con ese paso de los años hemos ido comprobando como se está instalando una nueva vertiente de esa tendencia, una faceta tanto o más imaginativa, rompedora y arriesgada que lo que el historicismo supuso en su momento. Se trata del camino de la fusión y el mestizaje de estilos y épocas, de la búsqueda de lo supuestamente auténtico por medio de la improvisación, un intento de acercarse al historicismo alejándose de aquellos presupuestos que han primado a lo largo de estas décadas de práctica interpretativa.

  El título de este disco es ya suficientemente elocuente per se, pero en cuanto uno lee las escuetísimas notas críticas de este registro lo termina por tener meridianamente claro. La principal premisa, como el mismo Fahmi Alqhai escribe es: “ir mucho más allá de una interpretación ‘historicista’ al uso, un concepto cada vez más falto de contenido y autenticidad”. El debate queda abierto.
  Fantasías, diferencias y glosas, esas son las bases sobre las que se erige el presente registro discográfico, en el que a través de la siempre curiosa mirada de Fahmi Alqhai y los músicos de su Accademia del Piacere, se nos presenta un programa, bastante corto para lo que un disco supone –51 minutos es casi irrisorio–, en el que las obras son redescubiertas en lecturas arriesgadas que conjugan el colorido tímbrico y la fusión con sonidos orientalizantes, lo que se observa sobre todo en el tratamiento de la cuerda pulsada y en los arabescos y ornamentaciones que nos evocan inevitablemente algo de la música de aquellas no tan lejanas tierras.
 
  Así las Marionas y los Canarios de Gaspar Sanz; la Fantasía y glosa sobre Mille Regretz, de Josquin Desprez; La dama le demanda y el Tiento III de primer tono, de Antonio Cabezón; la Corrente italiana, de Joan Cabanilles; la Susana passeggiata, de Bartolomé de Selma y Salaverde o una Xácaras anónimas del XVII cobran una dimensión que trasgrede lo que puede esperarse de una interpretación con instrumentos originales ortodoxa, ayudadas por las transcripciones y arreglos realizados por el propio Alqhai y Enrike Solinís.  
  Las viole da gamba –en sus diversas tesituras– son las grandes protagonistas, junto con los distintos instrumentos de cuerda pulsada que participan en la empresa: vihuela, guitarra barroca, colascione y tiorba. Se cuenta, además, con un apoyo importante en los instrumentos de viento –eso que en su día se conocía como ministriles–, con cornetto, sacabuche, dulcian y bajón. La búsqueda de lo improvisatorio y la concepción de la música escrita tan solo con un guión básico sobre el que construir el devenir de los sonidos es el camino transitado por estos jóvenes intérpretes. 
    
  Raquel Andueza, una de las voces más importantes del panorama mundial en lo tocante a la interpretación histórica participa como estrella invitada, interviniendo en tres piezas: Di perra mora, anónimo del XVI –algunos la atribuyen a Pedro Guerrero, hermano mayor del conocido Francisco Guerrero–, en el que el juego pícaro con el género del texto –cambiando el “tuyo” original por un “tuya”, cuando la que canta es una mujer y se dirige a otra mujer– la vuelve aún más contemporánea; el precioso Dos estrellas le siguen, de Manuel Machado, en una lectura en la que la variación de los acentos de la música y el acompañamiento de la cuerda pulsada aportan un toque arábigo inesperado, además de la personal emisión vocal de Andueza, más cercana a la música pop que a la lírica; y la sosegada Si la noche haze escura, de Francisco Guerrero, quizá la pieza interpretada con mayor ortodoxia de cuantas se hallan en el disco, en la que Andueza da buena muestra de porqué es uno de los claros referentes españoles en todo el mundo a la hora de interpretar este tipo de repertorios. 
     
  Estamos ante un disco que dará mucho que hablar, y que estamos seguros levantará numerosas suspicacias entre los más puritas. Dejando a un lado nuestro gusto personal –no comparto varios de los “excesos” interpretativos, ni en general, el concepto general de la grabación–, lo que queda patente es que  la honestidad en la defensa de lo que se cree y el trabajo son evidentes en este trabajo, como lo es la libertad del que lo escucha. No obstante, tampoco debemos dejar pasar el evidente carácter mercantil de este tipo de grabaciones, tan en boga, y por tanto rentables –dentro de lo que se puede en este tipo de grabaciones. Auguramos también un gran éxito al presente álbum, pues esta mencionada corriente en la música antigua está cada día más consolidada y es posiblemente la más accesible y solicitada por el público. Eso sí, hemos de lamentar dos cosas de sustanciosa importancia: primero, el hecho de grabar por pistas un disco de música clásica, barroca, antigua… No creo en este tipo de sistemas para grabar música de este tipo, pues creo que se pierde así una de las bases de esta, que es el hecho de una interpretación conjunta, con todo lo que ello reporta; segundo, que el rediscovering se haya enfocado únicamente en el aspecto interpretativo y no también en el del repertorio escogido, sobradamente conocido –incluso alguna de las obras ha sido grabada en repetidas ocasiones; es una lástima que con todo el patrimonio musical español que aún queda por rescatar, los propios intérpretes españoles sigan empeñados en interpretar una y otra vez las mismas piezas. Quizá sea la próxima vez, de momento, habrá que esperar.
            
  Absténganse, pues, ortodoxos, puristas e historicistas de pro, pero anímense aquellos que conciben la música como un divertimento llevado a sus últimas consecuencias.

Publicado en Codalario el 16-VI-2013

No hay comentarios: