martes, 27 de agosto de 2013

Adiós a un hombre de coro

  Hace unos pocos días me enteré de una noticia que me impactó sobremanera: el paso 16 de julio se había ido Richard Marlow, una de esas personas que mejoran el mundo a su paso. Nacido en 1939, este británico supuso una de las personalidades más importantes de la interpretación coral en el siglo XX. Organista de gran calibre, dedicó su tesis doctoral al de Giles Farnaby, uno de los virginalistas ingleses más importantes del XVII.

  Su carrera como director coral resultó absolutamente fulgurante. En 1968, tras un período como profesor en la Southampton University, regresó a Cambridge para suceder a Raymond Leppard como Fellow and Director of Music en el prestigioso Trinity College. Allí desarrollaría el resto de su carrera. Al año siguiente fundó el Cambridge University Chamber Choir, con el que desarrolló una intensa carrera, pero que abandonaría en 1982 para pasar a hacerse cargo del The Choir of Trinity College Cambridge, que se había fundado en 1982, con el que obtendría la excelencia y una carrera de éxito. Ha sido al frente de este coro impresionante con el que la figura de Marlow cobró más sentido. Especializado, en un comienzo, en polifonía renacentista y barroca, Marlow y su coro no dejaron de abrirse a otros repertorios algo más tardíos, consiguiendo en ellos un nivel cualitativo de primer orden.

 Richard Marlow
  
  Somos muchos los que disfrutamos de sus exquisitas grabaciones discográficas, una treintena, repartidas entre los sellos Conifer, Classics, Hyperion, GMN y Chandos, siendo quizá los más destacados sus dos discos dedicados a las Cantione Sacrae de  Jan Pieterszoon Sweelinck [Hyperion], o sus cinco registros en Chandos: dedicados a Felix Mendelssohn, Peter Philips, Maurice Duruflé, Giovanni Pierluigi da Palestrina y William Byrd, que suponen un legado de increíble valor. 

  Retirado del cargo de director en septiembre de 2006 -sucedido desde entonces por Stephen Layton-, su pérdida deja un vacío enorme en el mundo coral inglés, pero también en el panorama coral mundial. Hombre de coro como pocos, supo comprender lo que supone el canto coral y la interpretación de diversos repertorios asumiendo la búsqueda de la excelencia en todo ellos. Supo llevar a un coro mixto en el seno de un college -apartado de la tradición de coro con voces infantiles de los colleges británicos- a un nivel nunca antes logrado. Simplemente, Richard Marlow consiguió una simbiosis perfecta con su coro, llevándolo así a convetrtirse en una de las principales referencias en el mundo. Han sido una espejo para todos aquellos que nos dedicamos a la interpretación coral, y una inspiración constante.

  Siempre nos quedará su música, su exquisitez y calidad sin límites. Requiescat in pace, maestro.


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