sábado, 27 de agosto de 2011

"Año Victoria" en The Choir Project (V)

Tomás Luis de Victoria (1548-1611): O vos omnes a 4.
The Tallis Scholars - Peter Phillips.

   Al igual que en la publicación de ayer destacábamos las lamentaciones dentro de su Officium Hebdomadae Sanctae, en la primera de hoy, día en el que celebramos la efeméride de manera completa, pues justo hoy se cumplen los 400 años desde que Victoria abandonara este mundo y su alma entregada a la música y a Dios se despegase de su cuerpo para siempre, dedicaré esta primera entrada a sus responsorios de tinieblas, que completan de manera numerosas junta a las otras esa magna colección sacra.

   Los dieciocho responsorios de Victoria vienen a completar el ciclo de seis por cada día del Triduum Sacrum. El responsorio tiene una peculiaridad excepcional en sí misma, pues no procede nunca del canto gregoriano, sino que es una creación polifónica nueva como tal. Samuel Rubio los describe señalando las dos partes que lo integran: una llamada cuerpo del Responsorio, que lleva incorporado una frase breve -estribillo- que se repite; otra denominada verso, después del cual se repite el estribillo. Como señala el padre Rubio -y comenta Juan Luis de la Montaña-, entre el verso y el resto del Responsorio suelen apreciarse ciertas diferencias estilísticas. La más notable es que el cuerpo del Responsorio es de una polifonía muy sencilla, muy cercana a la homofonía. Por el contrario, el verso es de estructura polifónica de estilo imitativo.

   La disposición de sus dieciocho responsorios supone casi un hito en la elaboración de tal diversidad vocal en el Renacimiento, pues Victoria utiliza un esquema de plantilla muy interesante y diverso. El primero y tercero de cada grupo de tres está compuesto a 4 partes, para cantvs, altvs, tenor y bassvs, mientras que el segundo solo a tres partes, para cantvs, altvs y tenor. El pasaje que utiliza voces reducidas o pasajes solistas utiliza las siguientes disposiciones dependiendo de su orden: así, el grupo de solistas suele responder en número de tres líneas, aunque el primero de ellos corresponde a un dúo. El primero de cada tres está indicado para cantvs, altvs y tenor, mientras que el tercero lo está para altvs, tenor y bassvs. En el segundo de ellos, el maestro añade una línea extra de soprano, lo que nos reporta una prescripción de cantvs I, cantvs II y altvs y en otras ocasiones cantvs I, cantvs II y tenor. Esta variedad esquemática y estructural confiere a esta música una paleta de colores brutal, casi inigualable en otra colección de piezas sacras del Renacimiento.

   Los responsorios de Victoria son de una intensidad, de una carga dramática apabullante. El texto y la música van más unidos de la mano casi más que nunca, sin embargo, en muchas ocasiones la ayuda del texto es casi inexistente y sin embargo el maestro es capaz de crear algo maravilloso de la “nada”. Sorprende que la textura y la carga compositiva sea en muchos casos “sencilla”, es decir, con mucho desarrollo homofónico y apenas nada de contrapunto imitativo, y sin embargo, Victoria pueda mostrarnos y dibujarnos tantos estados de ánimos, tantas pasiones sobrevenidas en un espacio de tiempo tan corto y de una manera tan directa. Para Peter Phillips la clave de estos responsorios está en el texto y la relación de la música para con él, en la manera en que Victoria capta los acentos naturales y el discurso natural del texto, que desde luego tiene impacto per se. Para Phillips estas piezas son ejemplos de música vocal minimalista.
Las disonancias, el tactus sosegado, calmado y apacible, la tensión dramática y el colorido textural son algunas de sus grandes bondades. Es impresionante observar la intensidad y la tensión que Victoria puede conseguir en algunos de estos responsorios, de los cuales he seleccionado O vos omnes a 4, para Sabbato Sancto.
 
   El texto de este responsorio es sencillamente hermoso:

O vos omnes, qui transitis per viam,
attendite, et videte
Si est dolor similis sicut dolor meus.
Attendite universi populi, et videte dolorem meum
Si est dolor similis sicut dolor meus.
(Lm. 1, 12)


*******************************************************

Oh, vosotros todos, los que pasáis por el camino,
prestad atención y ved
si existe dolor semejante al mío.
Atended, pueblos del universo, y ved mi dolor.
Si existe dolor semejante al mío.
(Lm. 1, 12)


   Como decíamos, de por sí causa impacto, pues es cierto que para aquel que siente algún dolor, sobre todo psicológico o espiritual, resulta harto complejo encontrar consuelo alguno y cualquier otro dolor ajeno le parece nimio comparado con su infausto pesar. La indagación más profunda se muestra de la manera más directa y cruda posible, pero a través del arte y un lenguaje realmente hermoso y sutil. Victoria destaca de manera especial los momentos en los que la palabra “dolor” aparece en escena, con unas líneas dolentes, subyugantes. Es impresionante observar como la línea de svperivs se alza en solitario para llamar la atención de aquel que escucha por medio de su attendite
   Para la versión he estado dudando entre dos principalmente, la de The Sixteen y Harry Christophers, con un tempo más lento, muy sosegada, que se recrea más en la tensión armónica, y la de The Tallis Scholars y Peter Phillips, que es finalmente por la que me he decantado. Un tempo más ligero, pero muy adecuado a la intensidad dramática de este texto, con una belleza de sonido apabullante. Phillips no pasa por encima de los momentos más intensos, sino que se ocupa de ellos, aunque sin recrearse en exceso. Las partes solísticas son una factura extraordinaria. “Los Tallis” parecen decir: “sí, no hay dolor como el mío, pero no suframos más de la cuenta por ello”. Siento reiterar mis elecciones en este conjunto, pero me siguen pareciendo de una calidad y una expresividad -sigo sin comprender a aquellos que los llaman fríos- casi sin igual.
Dicha versión se encuentra disponible en este disco.

   Se trata, en definitiva, de un Victoria muy profundo, puede que el más profundo de su producción, cargado de dolor, de espiritualidad, de vida, de pasiones, un Victoria que estaba ya cansado, pero cuya desaforada pasión por el noble y bello arte de la música le llevo a seguir creando, a legar para la historia momentos de este calibre. Un compositor que hoy, hace 400 años, dejara este mundo para encaminarse hacia aquel otro que llevaba anhelando toda su vida, a encontrase con aquel al que había dedicado su vida por medio de su arte, su pasión. Victoria ha sabido como muy pocos plasmar las pasiones espirituales pero también mundanas. Poder disfrutar, deleitarse y emocionarse con algo así, pasados ya nada menos que 400 años, es algo sobre lo que cabe reflexionar. ¿Cómo puede la música, el arte, permanecer tanto tiempo en nuestras vidas, pasando de generación en generación y haciendo que gente cuya vida no se asemeja, ni por asomo, a la de aquel siglo XVI, sigan emocionándose hasta un grado tan extremo con una música creada por aquel entonces? Creo que en esto hay algo muy grande que nunca llegaremos a comprender; así pues, disfrutemos, deleitémonos, compartámoslo y sobre todo, sigamos emocionándose como cada primera vez al escuchar su música.


   Aquí la partitura.




viernes, 26 de agosto de 2011

"Año Victoria" en The Choir Project (IV)

Tomás Luis de Victoria (1548-1611): Lectio I a 5, Lamentationes Ieremiae Prophetae, de su "Officium Hebdomadae Sanctae.
The Tallis Scholars - Peter Phillips.


   Corría el año 1585 cuando, en Roma, nuestro maestro publica la que es, con toda seguridad, la colección más ambiciosa de cuantas creara el genio abulense y posiblemente la más ambiciosa de todo el Renacimiento musical europeo. Se trata, como muchos ya habrán adivinado, del

Thomae Ludovici
De Victoria Abulensis
Officium Hebdomadae
Sanctae
Permissu Superiorum.
Romae Ex Typografia Domenici Basae 1585.

Romae
apud Alexandrum Gardanum. MDLXXXV

conocido en nuestros días bajo el más sencillo título de Officium Hebdomadae Sanctae. Se trata de una colección que aglutina 37 composiciones, divididas en piezas para Domingo de Ramos [Dominica in Ramis Palmarum], Jueves Santo [Feria quinta. In Coena Domini], Viernes Santo [Feria sexta. In Passione Domini] y Sábado Santo [Sabbato Sancto], y que se compone de dos pasiones, nueve lamentaciones -tres para cada día correspondiente al Triduum Sacrum- y dieciocho responsorios -nueve para cada día-, como núcleo principal, además de algunos motetes, himnos, un Benedictus y Miserere y los improperios, que la completan.

   A pesar de que en 1583 Victoria dejara escrito en la publicación de su libro de misas de ese año que su cansancio le llevaría ya a “acabar mis composiciones y descansar finalmente con un honesto retiro”, despliega en esta magna obra una variedad textural y de plantilla realmente amplísima. A pesar de todo, sabemos que Victoria ya tenía buena parte del trabajo empezado, pues algunas de las piezas que componen la colección ya habían sido publicadas con anterioridad.
Nos encontramos en estas lamentaciones con un esquema muy interesante, pues Victoria juega con el número de voces, componiendo partes a tres, cuatro, cinco, seis, y ocho voces. Los responsorios sigue un esquema muy interesante, que tal vez quepa explicar en un próximo vídeo.

   La pieza que nos ocupa en este momento es la primera de esas lamentaciones, la Lectio I de las Lamentationes Ieremiae Prophetae, correspondiente a la Feria V. In Coena Domini. Es la única de las lamentaciones que comienza, precisamente por ser la primera, con las palabras Incipit lamentatio Ieremiae Prophetae. Se trata de una composición muy colorista, alejada de toda sobriedad, en la que Victoria nos muestra un estilo muy florido, sobre todo adornando las letras hebraicas, que cesa, sin embargo, para pasar a una textura más densa y “fría” sobre las palabras Iersusalem convertere ad Dominum Deum tuum, con las que finaliza esta primera lección. En esta primera lamentación, Victoria comienza utilizando una plantilla de cantvs I, cantvs II, altvs y bassvs, pasando a utilizar solamente las tres líneas superiores sobre el texto plorans ploravit in nocte, et lacrimae eius in maxilis ieus, tras lo cual, para el final de la lamentación, pasa a utilizar las cuatro primeras líneas, a la que añade la de tenor, dejando la línea de bajo realmente para tal.

   El texto utilizado este primera lección es el siguiente:

Incipit lamentatio
Hieremiae Prophetae

Aleph.

Quomodo sedet sola civitas plena populo
facta est quasi vidua
domina gentium:
princeps provinciarum
facta est sub tributo.

Beth.

Plorans ploravit in nocte, et lacrimae eius
in maxillis eius.

Ierusalem, Ierusalem,
convertere ad Dominum Deum tuum.
(Lm. 1, 1-2)

*****************************************************

Comienzo de las lamentaciones
del profeta Jeremías

Aleph.

¡Qué solitaria está la ciudad antes populosa!
Se ha quedado como una viuda
la grande entre las naciones,
la princesa de las provincias
se ha hecho tributaria.

Beth.

Pasa la noche entera llorando,
las lágrimas le corren por las mejillas.

Jerusalén, Jerusalén,
vuélvete hacia el Señor tu Dios.
(Lm. 1, 1-2)

   La versión que he escogido es la de The Tallis Scholars, bajo la habitual dirección de Peter Phillips. Hay varios motivos por los que he escogido esta versión:
- The Tallis Scholars son un conjunto que admiro muchísimo y que supone una ejemplificación estupenda de lo que busco en una interpretación de la música de Victoria: claridad de líneas, sonido británico, dos voces por parte, grupo mixto, buena dicción.
- Es una versión muy reciente -lo que nos ofrece una visión actual del conjunto- y además podemos verla en directo, no es una versión grabada en un disco sobre la cual se pone la pintura de turno. Se encuentra disponible en este disco.
- Completa la versión de los responsorios que grabaran hace años, lo que me parece una excelente noticia.

   Dicho lo cual, creo que es una buena versión, a pesar de ciertos problemillas en momentos muy concretos. Phillips opta por usar sus tenores también en la línea del bajo cuando la textura es a cuatro partes sin línea de tenor propia. Desde mi punto de vista, estos no son los Tallis de su época dorada, aunque ahora gozan de cantantes muy jóvenes y espléndidos, en verdad. Creo que la línea de sopranos sigue siendo buena, quizá sin la limpidez de antaño, pero con mucha brillantez; la línea de alto sigue siendo la habitual desde hace tiempo, por lo que me sigue pareciendo muy buena, sobre todo con mucha presencia, lo cual no es siempre habitual en otros conjuntos; la línea de tenor no es la de Charles Daniels y Paul Agnew de hace mucho, o la de Nick Todd y Andrew Carwood de no hace tanto, pero me parece muy empastada y de sonoridad bella; la línea de bajos tiene la inefable grandeza de contar con el gran Robert MacDonald, que mejora mucho una línea que siempre me ha parecido de lo peor del grupo. Un sonido muy hermoso, etéreo, muy poco carnal, y con las habituales bondades del grupo, que a pesar de los años siguen demostrando que son una garantía para la música del abulense.

   Este es quizá el Victoria más inmenso, así que disfrutadlo resulta realmente fácil.


  
Aquí la partitura.




"Año Victoria" en The Choir Project (III)

Tomás Luis de Victoria (1548-1611): O magum mysterium a 4.
Gabrieli Consort - Paul McCreesh. 

   Vuelvo de nuevo a los motetes a cuatro partes de Victoria, esos prescritos para cantvs, altvs, tenor y bassvs. En este caso se trata de un motete con tema navideño, el celebérrimo O magnum mysterium [In Nativitate Domini. Responsorium ad Matutinum] . Motete publicado también en el

Thomae, Ludovice De
Victoria. Abulensis.
Motecta
Que Partim, Quaternis,
Partim, Quinis, Alia, Senis, Alia,
Octonis Vocibus Concinuntur.
Venetijs Apud Filios Antonij Gardani
1572

   De nuevo, Victoria nos sorprende con un motete breve, en el que la utilización del contrapunto imitativo es fundamental y magistral. El “tema” principal es utilizado de manera constante durante toda la obra y van pasando de unas líneas a otras.
El texto es el siguiente:
 
O magnum mysterium,
et admirabile sacramentum,
ut animalia viderent
Dominus natum,
jacentem in praesepio.

O beata Virgo,
cuius viscera meruerunt portare
Dominum Iesum Christum.
Alleluia, alleluia

**************************
**********************************************

¡Oh gran misterio
y admirable sacramento,
que las criaturas vieran
al Señor nacido,
acostado en un pesebre!

O bienaventurada Virgen,
cuyas entrañas merecieron llevar
a Jesucristo, el Señor.
Aleluya, aleluya.


   En este libro de motetes de 1572, con dedicatoria para:
ILLUSTRISS. AC REVEREN.D. D. OTHONI TRUCHSES,
CARDINALE AUGUSTANO AMPLISSIMO, PATRONO COLENDISSIMO

y que firma:
Humilimus servus
Thomas Ludovicus de Victoria

Victoria espera de dicho libro que “alcance la plena aprobación de los mejores” y pueda ser de utilidad “en primer lugar para los estudiosos de esta ciencia”, como señala de nuevo Alfonso de Vicente, por lo que el abulense “optaría por las corrientes más experimentales de la época para dar satisfacción a los oyentes más entendidos y exigentes”, en palabras del musicólogo.
Esto nos llevaría de nuevo a un despliegue de todo su arte en los figuralismos, como encontramos por ejemplo en la entrada en escena del buey y la mula, sobre el término “ut animalia”, en la que el tenor y el "bassvs" hacen su aparición en terceras paralelas. No obstante, la sutileza de Victoria aflora en otros parámetros -como señala de nuevo de Vicente-, como en el empleo de cadencias peregrinas, que nos alejan del tono principal de la pieza, como imagen de nacimiento del Señor, que sale de las entrañas de la madre.

   He escogido la versión del Gabrieli Consort, bajo la dirección de Paul McCreesh porque me parece una maravillosa ejemplificación de buen gusto, claridad de líneas, limpieza y bella sonoridad, una fabulosa direccionalidad, un tempo exquisito, En definitiva, todo un dechado de cómo interpretar polifonía hispánica. Esta versión está disponible en este DVD, extraordinario, por lo demás.

   Una obra archiconocida, pero que tiene bien merecida la fama, pues nos muestra unos de los momentos cumbres del Cristianismo de la manera más pura, delicada, honesta y sincera que pueda imaginarse.


   Aquí la partitura y aquí el vídeo, cuya insercción está desactivada por petición del usuario.

jueves, 25 de agosto de 2011

"Año Victoria" en The Choir Project (II)

Tomás Luis de Victoria (1548-1611): Vidi speciosam a 6.
Stile Antico.
 

   El motete, ese género tan en boga en el siglo XV y XVI fue ampliamente tratado por nuestro compositor, de hecho, el que se estrenara en su carrera editorial con un libro de motetes, cuando apenas contaba veinte años, da buena muestra de ello. Además, el número elevado de ellos, casi una cincuentena, no hace sino refrendar la idea.
Como bien señala el musicólogo Alfonso de Vicente, los motetes de Victoria sorprenden por su brevedad y al ser comparados con el resto de las producciones de su época aún nos llama más la atención. Destacan en ellos la tendencia a la concentración, a la síntesis homorrítmica, al silabismo, a la neta división de las secciones y a la diversidad de combinaciones vocales, además de una clara direccionalidad armónica.
 
   El motete que nos ocupa, Vidi speciosam a 6 [In festo assumptionis beatae Mariae], es un motete bipartito, publicado en su
Motecta
Que Partim, Quaternis,
Partim, Quinis, Alia, Senis, Alia,
Octonis Vocibus Concinuntur.

Venetijs Apud Filios Antonij Gardani
1572


   En él, Victoria da rienda suelta a su arte contrapuntístico e imitativo más florido y alegre. Las líneas se entrecruzan en un alarde de contrapunto imitativo con pocos ejemplos tan fantásticos como este en toda su producción. Como sucede en muchos de sus motetes, una de las partes es repetida en la secunda pars como elemento conclusivo de la obra. Victoria nos muestra aquí todo su arte en los figuralismo, esa expressio verborum por la que le da sentido a las palabras. El bello texto utilizado por Victoria es el siguiente:
Vidi, speciosam
sicut columbam, ascendentem
desuper rivos aquarum,
cuius inaestimabilis odor erat
nimis in vestimentis eius,
Et sicut dies verni
Circumdabant eam
flores rosarum
et illia convallium.

Quae est ista,
quae ascendit per desertum
sicut virgula fumi
ex aromatibus
myrrhae et thuris?
Et sicut dies verni
Circumdabant eam
flores rosarum
et lilia convallium.

*************************************************************

La he visto, hermosa
como una paloma,
ascender por arroyos de agua,
la fragancia de sus vestidos
era inconmensurable.
Y como en los días de primavera,
la rodeaban
las flores de los rosales
y los lirios de los valles.

¿Quién es ésta,
que sube por el desierto
cual columna de humo
que exhala olor
de mirra y de incienso?
Y como los días de primavera,
la rodeaban
las flores de los rosales
y los lirios de los valles.

   Victoria aprovecha el lirismo de este texto para los claros figuralismos, como escalas andescentes haciendo referencia al ascenso de la paloma por los arroyos, y ese devenir del agua en el transcurrir de las líneas sobre el término aquarum; al igual que antes, el ascenso de la columna de humo es bien dibujado por las líneas que Victoria nos ofrece.
Compuesto a a seis partes, Victoria dobla la línea de svperivs y la de tenor, creando una textura casi a doble coro en la que confronta de manera magistral las tres líneas "femeninas" con las tres masculinas.
   
   La versión de Stile Antico es magnífica. Se encuentra disponible en este disco y extraen de la pieza su aroma más delicado y elegante, con una vocalidad muy británica, casi etérea, sobre todo en las primeras líneas.
   

   Al contrario de lo que sucede con sus motetes a 4, en los compuestos a 5 y 6 el maestro se olvida un tanto de esa cerrazón estilísitica y da rienda suelta a su imaginación, creando piezas más floridas, adornadas de maravillosos giros melódicos y con armonías más fantasiosas. Otra faceta del genio abulense, en la que nos sigue demostrando que se encuentra entre lo más granado de la historia.
   Aquí la partitura.




"Año Victoria" en The Choir Project (I)

   The Choir Project es un proyecto surgido an la locadlidad de Naples, en el estado de Florida, y que bajo la dirección artísitica de Marian Dolan pretende construir toda una comunidad coral, estrictamente en su zona más cercana, pero haciéndola extensible a todo el mundo a través de las nuevas tecnologías. Uno de estos medios es la red social Facebook, en la que posee una página que utiliza para estos fines. Pues bien, The Choir Project no podía estar ajeno a la efeméride musical por excelencia que celebramos este año, especialmente en España, pero también en todo el mundo: el "Año Victoria".
  
   Marian Dolan ha tenido a bien invitarme para ser "guest administrator" de la página de Facebook con el finde celebrar dicha efeméride, sobre la que vuelca en mí dicha responsabilidad -por los conocimientos sobre Victoria y la polifonía del Renacimiento que me atribuye y mi desaforada pasión por los mismos-, lo que para el que escribe supone todo un placer y un inmenso honor. Con el siguiente texto, Marian presentaba en la página mi elección:
This weekend is the 400th anniversary of Victoria’s death. To celebrate his music, please welcome guest-poster Mario Gutiérrez from León, Spain. Mario sings first tenor with the wonderful choir "El León de Oro, studies musicology, and is passionate about early music. Mario will be sharing Victoria videos with us. We encourage you to share them with you friends! ¡Bienvenido, Mario!


   Mi tarea consistirá en ir mostrando la obra de Victoria a través de vídeos musicales extraídos de Youtube -dos vídeos por día- e ir comentando un poco las peculiaridades de cada pieza y porqué he elegido esa especialmente.

   Pues bien, esta misma mañana ya he colgado el primero de mis vídeos. Mi idea es ir crando una entrada aquí con cada nuevo vídeo, pues creo que puede ser de interés y servir para aquellos que no puedan leerlo a través de la página de la red social. Así pues, aquí va mi primer vídeo y su correspondiente comentario:

Tomás Luis de Victoria (1548-1611): Taedet animam meam a 4.
The Tallis Scholars - Peter Phillips.

   Esta es para mí, sin duda, una de las piezas más geniales del maestro abulense. Una pieza de factura sobria, carácter totalmente homofónico, en la línea más "palestriniana" dentro de su produccción.
Victoria desplega todo su genio es una pieza claramente silábica, en la que el texto importa, y mucho. Una obra a cuatro partes en la que la homofonía es reina y señora, dejando breves pasajes más adornados para algunas cadencias y fianles de frase. 

El texto es una maravillosa declaración de intenciones, de gran profundidad, que Victoria sabe plasmar en la partitura como pocos:
 
Taedet animam meam vitae meae,
dimittam adversum me eloquium meum,
loquar in amaritudine animae meae.
Dicam Deo: Noli me condemnare:
indica mihi, cur me ita iudices.
Numquid bonum tibi videtur,
si calumnieris, et opprimas me,
opus manuum tuarum,
et consilium impiorum adiuves?

Numquid oculi carnei tibi sunt:
aut sicut videt homo, et tu vides?
Numquid sicut dies hominis dies tui,
aut anni tui sicut humana sunt tempora,
ut quaeras iniquitatem meam,
et peccatum meum scruteris?
Et scias, quia nihil impium fecerim,
cum sit nemo, qui de manu tua possit eruere.
(Job 10:1-7)


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******************************************


¡Estoy hastiado de mi vida!
Voy a dar curso libre a mis quejas,
a hablar con la amargura de mi alma.
Quiero decir a Dios: ¡No me condenes,
dame a enternder por qué te querellas contra mi!
¿Es decoroso para ti
hacer violencia, desdeñar
la obra de tus manos
y complacerte en los consejos de los malvados?

¿Tienes tú acaso ojos de carne
y miras como mira el hombre?
¿Son tus días los de un mortal,
son tus años los de un hombre
para que tengas que inquirir mi culpa
y andar rebuscando mi pecado,
cuando sabes que no soy culpable
y nadie puede librarme de tus manos?
(Job, 10:1-7).

 
   A través de líneas realmente simples y por medios de grados casi conjuntos, Victoria nos clarifica ese hastío, esa amargura de la vida del que narra; una texto religioso, sí, pero con tintes más mundanos de lo que cabría esperar. Una pieza maravillosa, en esa línea sobria y "académica" que nos depara el Victoria en sus obras a cuatro. Una genialidad, que nos demuestra que a veces menos es más, que lo sencillo puede ser lo más genial.

   La versión de The Tallis Scholars es realmente espectacular. Extraída de este disco, nos demuestran que comprenden como pocos la música del abulense. Tempo sosegado pero no en exceso y una dicción y un tratamiento de las líneas claro, primando la importancia del texto, como es en sí la propia composición. Otra maravilla servida por Phillips y los suyos, para comenzar un disco verdaderamente antológico.
   Para terminar, aquí está la partitura.




lunes, 1 de agosto de 2011

... y la cithara calló

Fecha: 18 de julio de 2011. 20:30 horas.
Lugar: Iglesia de San Marcos, León.
Contexto: Segundo concierto de la VIII edición del ciclo El Camino en Castilla y León.
Programa: Versa est. Concierto escenificado.
Intérpretes: La Colombina. Carlos Pinedo (actor).


   Otro año más se presentaba en tierras castellano y leonesas ese ciclo que, a finales de julio, nos trae lo mejor de la música coral interpretada por algunos de los mejores conjuntos vocales del panorama mundial. En esta ocasión, y como no podía ser menos, el programa se centraba en la gran figura musical del Renacimiento hispánico, el gran Tomás Luis de Victoria, conmemorando así el 400 aniversario de la fecha de su marcha de este mundo.
La Fundación Siglo para las Artes de Castilla de Castilla y León, siempre preocupada por la cultura en la región, nos traía este año una propuesta algo distinta. Bajo la tutela de Soterraña Aguirre, encargada de la idea original, investigación y dirección de producción, y la dirección escénica de Ruth Rivera, con texto de Alberto Conejero, se nos presentó un concierto escenificado, protagonizado por el actor Carlos Pinedo. La Dra. Aguirre, profesora de Musicología en la Universidad de Valladolid, nos transportó a tiempos de Victoria, quien era representado en todo momento por el actor, y nos iba desgranando momentos importantes en la vida del genio abulense. Se nos presentó un Victoria enérgico, vital y enomorado por la música, entregado a ella, pero también a Dios, al que quería honrar de la más manera más humilde a través de su trabajo. Una visión muy religiosa y devota del autor, quizá no muy compartida por algunos investigadores hoy día.

   Por medio de una decoración limitada a un par de sillas -preciosos ejemplares, por cierto- y una enorme capa de color grana, que pasó de los hombros de nuestro Victoria al suelo de la iglesia, como si de una especie de escenario se tratase, y la presencia de las cantores de La Colombina, que interactuaban en ocasiones con el actor, se fue desarrollando la escena, como una correlación de escenas vitales que pasaban a ser desarrolladas por los fragmentos musicales correspondientes. La impresionante Iglesia de San Marcos hizo el resto. La Dra. Aguirre y el conjunto seleccionaron varias piezas que mostraran de la manera más amplia posible el desarrollo vital y musical del abulense, tanto en su estancia romana, como en sus últimos 25 años en la capital del reino. Así se interpretaron motetes, como O quam gloriosum a 4, Vidi speciosam a 6, O vos omnes a 4, Super flumina Babylonis a 8, fragmentos de misas, como el Kyrie de la Missa Ave maris stella a 4, o el Gloria de la Missa Pro Victoria a 9, así como el responsorio Caligaverunt oculi mei a 4, de su Officium Hebdomadae Sanctae y dos fragmentos de su Officium Defunctorum a 6: Taedet animam meam a 4 y Versa est in luctum.

   La Colombina, que amplió su cuarteto habitual, compuesto por Raquel Andueza, José Hernández, Josep benet y Josep Cabré, con las voces de la mezzo Marta Infante y el tenor Víctor Sordo, así como el concurso del organista Daniel Oyarzábal, nos mostró unas lecturas límpidas, con claridad de líneas y ciertamente expresivas, alejadas de ese sonido tan brillante a los que el Victoria inglés nos tiene acostumbrados. Con una afinación realmente pulcra, se echó en falta ciertos momentos de calidad vocal más refinada. A los Josep los años se les nota considerablemente y el avanzado estado de gestación en el que se encontraba Marta Infante le otorgó no pocos problemas con el fiato. Sin embargo, tampoco fueron problemas que desmerecieran la actuación, entre otras cosas porque fueron sobradamente cubiertos por la excelsa actuación de José Hernández y Raquel Andueza, quien continúa en un estado de gracia permanente, que afortunadamente no presenta atisbos de encontrar su ocaso con prontitud. Eligiron unas versiones curiosas para algunas piezas, como en el salmo Super flumina Babylonis a 8, normalmente con la disposición de cantvs, altvs, tenor, bassvs / altvs, tenor I, tenor II, bassvs, y que aquí fue interpretado utilzando las dos voces femeninas del primer coro acompañadas por el órgano, encargado de realizar las dos voces restantes, mientras que el otro coro mantenía su disposición habitual; también encontramos otro ejemplo en su lectura del Gloria de la Missa Pro Victoria a 9, dispuesta para cantvs I, cantvs II, altvs I, tenor I, bassvs I / cantvs III, altvs II, tenor II, bassvs II y órgano, que pasó a ser interpretada a seis partes (SSATTB) con el resto de voces interpretadas por el órgano. Son versiones que funcionan, indudablemente, aunque personalmente prefiero la opción habitual, si bien no es improbable que el propio Victoria se viera forzado a utilizar distintas plantillas en realción a la disponibilidad de sus medios.
Una interpretación notable, con momento realmente muy buenos, como el Vidi speciosam a 6, o los subyugantes Taedet animam meam a 4 y Versa est in luctum a 6 -cuyo texto sigue emocionándome en cada lectura-.
Se completó el programa con algunos interludios organísticos del gran Antonio de Cabezón, maravillosamente interpratdos por Oyarzábal, y el impresionante motete a 6 Iubilate Deo omnis terra, de Cristóbal de Morales. 

   Un concierto muy interesante, distinto -lo cual ya es decir mucho-, con la actuación magistral del actor y La Colombina como nos tiene acostumbrados, con esa particular visión más hispánica del abulense. A pesar de todo, el que firma sigue prefiriendo las versiones inglesas para la música de nuestro gran genio. Lo que sí quedó patente, una vez más, es el enorme talento y la grandeza creadora de este maestro de nuestro Siglo de oro, al que habrá que seguir alabando y venerando al menos otros cuatrocientos años más.



Tomás Luis de Victoria (1548-1611): Officium Hebdomadae Sanctae, Caligaverunt oculi mei a 4
Álbum: Offcium Hebdomadae Sanctae
La Colombina - Josep Cabré
Glossa (Los Siglos de Oro) 2005